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La renuncia de Joe Biden a la reelección, abandonando la carrera de los comicios de noviembre en Estados Unidos, protagoniza hoy todas las portadas en materia de política internacional. Su decisión, cediendo a las presiones que se alzaban cada vez con más fuerza, abre un nuevo y complejo escenario en el horizonte para los demócratas, tal como cuenta en Informativos Telecinco el experto en Relaciones Internacionales y política americana Manuel Gazapo Lapayese, a quien hemos preguntado por su análisis de la situación.
En su opinión, “para desgracia del partido demócrata y de sus votantes, evidentemente, esta decisión llega tarde”.
“Esto ya lo habíamos estado analizando con los diferentes compañeros y lo cierto y verdad es que el partido demócrata necesitaba un nuevo líder. Biden, cuando llegó, dijo que iba a ser el puente para las nuevas generaciones. Lo cierto y verdad es que eso no ha ocurrido y, como decía Maquiavelo, hablando de la erótica del poder, se quiso aferrar a ese sillón de la Casa Blanca y en esta carrera absolutamente convulsa desde ese terremoto que fue el debate en Atlanta, –donde se le vio titubeando contra Donald Trump–, ha ido perdiendo cada vez más fuelle”.
“Incluso las voces más fieles dentro de su partido le iban filtrando, anunciando, invitando o incluso exigiendo que se retirara, cosa que vimos finalmente ayer domingo”, señala.
En este escenario, preguntado sobre si Kamala Harris puede ser una buena candidata, teniendo en cuenta que personas influyentes en el partido, como Nancy Pelosi o Barack Obama, aún no se han pronunciado sobre ella, Manuel Gazapo apunta directamente a las dificultades que va a tener cualquier candidato con tan poco tiempo.
“Kamala Harris no goza de los mejores datos de popularidad en estos momentos. ¿Están a tiempo de revertir esos datos para fortalecer esa nueva cara? Teniendo en cuenta los tiempos, esta decisión llega muy tarde. Es una decisión de urgencia que, por supuesto, abre una ventana de oportunidad para Kamala Harris o para cualquier otro candidato que se pueda postular como potencial alternativa. Pero el problema no son los nombres, o no es Kamala. No es (Gretchen) Whitmer, no es (Josh) Saphiro, no es (Gavin) Newsom, no son los diferentes nombres y apellidos que puedan plantearse. Es que es muy importante que el votante norteamericano, el votante demócrata o aquellos indecisos, reconozcan una cara lo suficientemente potente, magnética, que domine la oratoria, la narrativa, y que convenza dentro del concepto del sueño americano, y ahora mismo el partido demócrata ya no tiene eso, y generarlo en estas pocas semanas es una carrera a la desesperada; una huida hacia adelante”, recalca.
Todo ello, según apostilla, “lógicamente, representa más munición electoral para Donald Trump”; una munición que el magnate republicano, –que recientemente ha sufrido un intento de magnicidio–, ha estado aprovechando bien, viéndose reforzado en los últimos días.
Sobre si está, de hecho, lo suficientemente reforzado para ganar las próximas elecciones, Manuel Gazapo Lapayase apunta: “Es altamente probable. Yo fui el primero, y lo digo en los Informativos, que me pareció que la opción adecuada para la sociedad internacional, para la estabilidad global y para el beneficio de la Unión Europea y, por ende, de nuestro país, España, era que Joe Biden arrebatara la Presidencia a Donald Trump”.
Sin embargo, destaca que “ahora Trump ha vuelto con más fuerza, con un ánimo vengativo, de recuperar el trono que, según él, le fue robado en unas elecciones ‘amañadas’”.
“Trump viene reforzado. Ha sufrido ese intento de magnicidio, ese intento de atentado que, por supuesto, hay que condenar. Está fuerte en redes, está fuerte a nivel social, la gente lo considera una figura mesiánica, cuasidivina… Incluso ya se siguen expandiendo, --lo propio de los Estados Unidos de América--, teorías conspiracionistas que hablan de que los Servicios Secretos o el partido de Biden intentó quitarlo de en medio. No demos pábulo a esas teorías”, apostilla, antes de continuar.
“ Lo que sí es cierto y lo que sí es contrastable, fehaciente y tangible es que Donald Trump ya tiene un nuevo trofeo dentro de su galería de caza, que es la cabeza de Joe Biden, porque ha conseguido que se retire gracias a sus presiones pero, especialmente, gracias a las propias presiones que Biden insufló dentro de su partido por sus titubeos, su falta de claridad… y ya no solo los últimos 24 días, sino los últimos meses, e incluso desde las elecciones de medio mandato, las famosas ‘mid term’ que se celebran cada dos años en Estados Unidos”, sentencia.
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