Tras la renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial a pocos meses de las elecciones en Estados Unidos y su nominación de Kamala Harris, su vicepresidenta, surge la gran pregunta. ¿Ahora qué?
Nos lo explica en una entrevista Carlota García Encina, investigadora del Real Instituto Elcano.
P- Es la primera vez que un candidato renuncia casi a las puertas de las elecciones, ¿cómo lo interpretamos?
R- Desde que Donald Trump ganó en 2016 todo lo que puede pasar en política norteamericana es imprevisible.
No obstante, hay que volver a 1972 cuando por primera vez las primarias como las conocemos hoy eligen a los candidatos. Ahora volvemos a antes de 1972 cuando las convenciones, es decir, los partidos escogían a sus candidatos.
Hay que ser optimistas. Para muchos demócratas este cambio es una oportunidad y aunque hay poco tiempo la maquinaria de los demócratas se ha puesto en marcha para elegir a alguien que pueda plantarle cara a Trump en las elecciones de noviembre.
P- ¿Qué opciones tiene el partido demócrata en la convención de agosto?
R- Hay que subrayar, que son los delegados quienes votan, no Joe Biden, aunque la lealtad a Biden es absolutamente brutal.
El partido demócrata es homogéneo. Biden en estos tres años y medio ha logrado unir al partido a su alrededor. La mayoría de líderes demócratas apoyará a Harris, que tiene otras ventajas, aparate de ser vicepresidenta y de poderse llevar el dinero de la campaña de Biden, como el voto de las minorías, el voto de las mujeres, hizo unas elecciones de medio mandato fascinantes… tiene muchos elementos positivos.
Las otras alternativas son los gobernadores… Suena con fuerza Pensilvania, Arizona y Carolina del Norte. La idea de un vicepresidente es que complemente al candidato presidencial y hay que fijarse en esos estados bisagras porque Kamala Harris será la próxima candidata demócrata.
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