Julian Assange, con el puño en alto y dando un efusivo beso a su esposa al aterrizar en su Australia natal

Sonriente y alzando el puño. Así es como ha salido Julian Assange del avión tras aterrizar en su Australia natal para disfrutar de sus primeros pasos en libertad tras 14 años de batallas legales. En su primera imagen como hombre libre, el fundador de WikiLeaks se ha fundido en un efusivo y emotivo beso con su esposa, Stella, quien ha dado las gracias al pueblo australiano por su apoyo durante más de una década, pidiendo ahora tiempo para recuperarse y “privacidad” para encontrar su espacio como familia, según informa Laura Echevarría.

Ya en tierra, en Canberra, escala final de un periplo que arrancó con su excarcelación el martes en Reino Unido, Julian Assange ha dado las gracias al primer ministro australiano, Anthony Albanese, al que ha asegurado que le ha "salvado la vida" gracias a su mediación en el caso.

El fundador de WikiLeaks, que no había mantenido nunca una conversación con el mandatario australiano a pesar de que ha sido un férreo defensor de su puesta en libertad, ha mostrado su "más profunda gratitud" por la ayuda prestada por éste durante una llamada telefónica.

En ese sentido, ha llegado a comparar el trabajo diplomático del Gobierno australiano con una misión del "Equipo A" y ha dado las gracias también al embajador australiano, Kevin Rudd, y el Alto Comisionado de Australia en Reino Unido, Stephen Smith.

Julian Assange, recibido por su esposa Stella

Nada más llegar a suelo australiano, y tras varias escalas, entre ellas una en las Islas Marianas del Norte para firmar el acuerdo judicial que ha posibilitado su puesta en libertad, el periodista y programador australiano ha sido recibido por miembros de su familia, entre ellos su mujer, Stella Assange, que ha dado las gracias al pueblo australiano por su apoyo durante más de una década.

Trasladando también su agradecimiento al primer ministro, ha destacado la unidad de los australianos en torno al caso, incluida la oposición: "Sin su apoyo no habría espacio político para lograr la libertad de Julian. (...) Ha hecho falta que todos ellos se unieran, millones de personas, gente trabajando delante y detrás de las cámaras, protestando en las calles durante semanas y años... Lo hemos logrado", ha dicho visiblemente emocionada en una rueda de prensa ante los medios.

"Julian me ha pedido que les diera su más sincero agradecimiento. Hay que entender por qué ha pasado esto. Necesita tiempo, necesita recuperarse, y este es un proceso que llevará tiempo, así que os pido que nos deis privacidad para encontrar nuestro lugar y poder ser una familia antes de que pueda hablar otra vez", ha señalado.

En esa línea, Stella Assange ha hecho hincapié en la importancia de "reconocer que la liberación de Julian llega aprovechando un parón en el caso de extradición presentado en su contra en Estados Unidos". El Supremo ha dado espacio para apelar", ha sostenido antes de aclarar que ha sido entonces cuando "las cosas han comenzado a moverse".

"Esto revela lo incómodo que estaba el Supremo con este caso por ser un ataque contra la prensa y la libertad de expresión. Este caso no debería haberse presentado nunca, (él) no debería haber pasado ni un solo día en prisión", ha aseverado, antes de recordar que se trata de un día importante también para la prensa. "Espero que los periodistas y editores de todo el mundo se den cuenta de la gravedad de este caso y de la criminalización impuesta contra Julian", ha dicho.

“14 largos años de activismo”

Defendiendo a su marido, Stella, que ha abierto una campaña de recaudación de fondos para compensar al Gobierno de Australia por el gasto del vuelo chárter fletado para la repatriación, ha recalcado que las informaciones que fueron publicadas por Wikileaks sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Irak y Afganistán eran "verdaderas y de interés público".

"Eran informaciones que la población merecía conocer. Este caso puede ser el precedente de otros futuros contra periodistas; por eso esto interesa a toda la prensa", ha dicho, insistiendo.

"Es importante poner sobre la mesa que esta ley de espionaje debe ser reformada y los derechos de los periodistas protegidos. Y, cuando llegue el momento, esperamos un perdón oficial", ha asegurado.

Por su parte, su abogada, Jennifer Robinson, ha matizado que las autoridades estadounidense no han podido demostrar que las informaciones filtradas por Assange hubieran puesto en peligro la vida de terceros y ha recalcado que el periodista ha realizado un "largo viaje a Australia".

Sin embargo, ha lamentado que haya tenido que declararse culpable de los cargos de "conspiración para cometer espionaje" al publicar "los delitos y crímenes cometidos por Estados Unidos en todo el mundo". "Esto es periodismo y es un castigo por desempeñar la libertad de prensa", ha defendido, al tiempo que ha recordado que Assange lleva años siendo candidato a Premio Nobel de la Paz.

"Me ha conmovido verlo llegar a Australia. El primer ministro ha sido el primero en hablar con él por teléfono. (...) Quiero aprovechar esta oportunidad para darle las gracias por su diplomacia y su trabajo, por haber cumplido su palabra y haber aprovechado cada oportunidad disponible para tratar de lograr su liberación", ha explicado Robinson.

"Han sido 14 largos años de activismo, de campaña, no solo por él, sino por toda la comunidad. Una comunidad global que ha buscado proteger la libertad de expresión y que ha failictado que sea libertado. Gracias a todos los que lo han apoyado durante este tiempo", ha zanjado.

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