La Inteligencia Artificial está cada vez más cerca de convertir en realidad escenas tan míticas el cine como la del reconocimiento ocular de Tom Cruise en Minority Report, como método de ofrecerle publicidad adecuada a su perfil social y psicológico por donde quiera que pasara. Un ensayo no declarado de una tecnología parecida ha tenido lugar en varias estaciones de metro del Reino Unido, donde los usuarios han sido 'espiados' por la IA durante al menos, un año, sin su consentimiento, según denuncia la ONG Big Brother Watch.
Durante los últimos dos años, ocho estaciones de tren en todo el Reino Unido, incluidas estaciones grandes como Euston y Waterloo en Londres, Manchester Piccadilly y otras estaciones más pequeñas, han probado tecnología de vigilancia fabricada por Amazon, con cámaras CCTV cuyo objetivo oficial era el de alertar al personal sobre incidentes de seguridad. Por ejemplo: usuarios saltando a las vías, un exceso de viajeros en los andenes o actitudes que alteren el orden en mayor o menor medida, como personas corriendo, gritando o fumando en interiores.
Sin embargo, según una petición realizada bajo el amparo de la Ley de Libertad de Información, la citada ONG logró recopilar la información recogida por dichas cámaras - unidas a otras más antiguas conectadas a la nube - , constatando que, al menos durante un año, el sistema instalado se utilizó para otros fines, como predecir la edad, el sexo y las emociones potenciales de los viajeros, con la intención posterior de usar los datos en sistemas publicitarios.
Las imágenes, en las que el reconocimiento facial aportaba datos claros sobre el género y orientativos sobre la edad o si los pasajeros estaban tristes, felices o enojados, se mandaron al sistema Rekogntion de Amazon, capacitado para realizar análisis facial y de objetos. Éste permite medir el grado de "satisfacción" de los usuarios y, según la documentación revelada, "los datos podrían ser utilizados para potenciar al máximo la publicidad y las ventas minoristas” en las vías del tren.
Ésta es una práctica ilegal y polémica que ha preocupado el director de Big Brother Watch, Jake Hurfurt, quien ha asegurado que "el despliegue y la normalización de vigilancia a través de IA en espacios públicos, sin ningún tipo de consulta o debate previos, es un paso bastante preocupante" hacia el espionaje digital, ya no tan exclusivo de la ciencia ficción.