El estado de Alabama (Estado Unidos) ha ejecutado mediante una inyección letal este jueves por la tarde a un reo que se encontraba en el corredor de la muerte tras ser condenado por el asesinato de una pareja de ancianos en 2004, siendo la segunda ejecución que se produce en el estado desde el pasado mes de enero.
Al preso, Jamie Ray Mills, de 50 años, se le suministró tres medicamentos. Fue declarado culpable en 2007 por el asesinato de Floyd Hill, de 87 años, y de Vera Hill, de 72, cerca de la frontera con Mississippi. El individuo había conspirado con su esposa, Joann Mills, también declarada culpable, para robar dinero y medicamentos recetados a la pareja de ancianos, a quienes "ejecutaron brutalmente con un machete, una herramienta para neumáticos y un martillo".
El día anterior a su ejecución, Mills recibió seis visitas y seis llamadas telefónicas, y antes de su muerte le visitaron otras seis personas; tras ello, ha tenido una "comida final de marisco". Aunque la inyección letal es el método predeterminado en el estado, el condenado puede pedir el uso de gas nitrógeno o de la silla eléctrica.
Según la ONG Amnistía Internacional (AI), Estados Unidos llevó a cabo 24 ejecuciones en el año 2023, lo que suponen seis más que el año anterior, un aumento que va en consonancia con los datos del resto del mundo.
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