Mientras Pedro Sánchez ha celebrado hoy una declaración institucional para anunciar que España aprueba “por justicia y coherencia” el reconocimiento de Palestina como Estado, la tensión internacional sigue creciendo. También lo hace la presión para Israel, que tras la masacre perpetrada en un campo de refugiados de Rafah tras un bombardeo en una zona humanitaria, continúa recibiendo críticas y denuncias por la vulneración de las órdenes de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Muchos de las víctimas murieron carbonizadas, y una gran parte de ellas eran niños; una nueva imagen del horror de los ataques perpetrados en la lucha que Israel libra indiscriminadamente contra Hamás.
Tras lo ocurrido, Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, ha calificado los hechos como un “grave incidente”, asegurando que ha abierto una investigación. Y todo mientras al mismo tiempo los bombardeos no cesan tras una nueva noche de ataques en Rafah.
Un día después del horror, los desplazados siguen buscando entre los restos calcinados sus pertenencias. El ejército israelí ha explicado que su objetivo eran dos altos mandos de Hamás. Señalan que utilizaron dos misiles con menos explosivos de lo habitual, por lo que aseguran que no esperaban crear esta masacre.
En una tensa y agitada sesión en el Parlamento de Israel, Benjamin Netanyahu ha dicho que “lo sucedido en Rafah es un trágico error” y “una tragedia para Israel”, pero una “estrategia para Hamás”.
En ese nuevo ‘error’, según sus palabras, al menos 45 gazatíes murieron entre las llamas, la mayoría niños, mientras algunos de los supervivientes, en medio de la desolación y la devastación, preguntan “cuánto falta para que esto acabe”.
El impacto del bombardeo ha sido tal que, según fuentes diplomáticas consultadas por la cadena de televisión Al Yazira o CNN, el Consejo de Seguridad de la ONU va a celebrar una reunión de emergencia a puerta cerrada a petición de Argelia para hablar sobre estos ataques.
Para el alto representante de la unión europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, no hay lugar seguro en Gaza, unas palabras en consonancia con las declaraciones del jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, que ha criticado con dureza las declaraciones de Netanyahu.
“No hay debate, para el pueblo de Gaza, sobre si el ataque fue un crimen de guerra o un 'trágico error'. Lo que ocurrió anoche fue la más reciente --y posiblemente la más cruel-- abominación. Llamarlo 'un error' es un mensaje que no significa nada para quienes murieron, quienes están en duelo y quienes intentan salvar vidas", ha manifestado.
“Ningún lugar es seguro en Gaza”, ha subrayado también, indicando que ni los refugios, ni los hospitales, ni "las llamadas zonas humanitarias".
“También hemos advertido de que una operación militar en Rafá provocaría una matanza. Hemos visto las consecuencias del ataque absolutamente inaceptable de anoche", ha añadido, apuntando que “esta impunidad no puede continuar”.
"Anoche Israel mató a decenas de personas, muchas de ellas mujeres y niños, que fueron quemadas vivas", señaló, antes de recordar que en medio de lo ocurrido todavía no reciben ayuda humanitaria a través del cruce de Kerem Shalom "a la escala necesaria" debido a "impedimentos y combates activos".
Mientras tanto, los bombardeos continúan intensificándose en la Franja y aún se desconoce el balance total de fallecidos.
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