La crispación política ha aumentado en los últimos tiempos en Eslovaquia, pero el intento de magnicidio de este pasado miércoles ha impactado al país y a toda Europa. El primer ministro, Robert Fico, que recibió varios disparos a la salida de una reunión del Gobierno en Handlova, sigue grave, pero estable. Está fuera de peligro. Sobre Juraj Cintula, el atacante, se van conociendo más datos: un perfil de radicalización política.
Según informa Xavier Colás desde Banská Bystrica, donde sigue ingresado el primer ministro, hay una gran conmoción en el país. Juraj Cintula, de 71 años, un guardia de seguridad jubilado y aficionado a la poesía, fue capaz casi de hacer como 'lobo solitario'. La Policía asegura que se fue radicalizando poco a poco él solo, pero especialmente a raíz de las elecciones presidenciales eslovacas del mes pasado. Una campaña electoral que fue tan tóxica que la propia presidenta optó por anticipado por no presentarse a la reelección.
Tal y como informa Javier Zabala, Juraj Cintula ya ha sido procesado por intento de asesinato. Y el motivo fue político, según el ministro del Interior, que cita entre esas motivaciones una supuesta deriva autoritaria y la suspensión de la ayuda militar a Ucrania. Razones a las que se refirió el propio agresor después de ser detenido.
Ahora se indaga en su vida y aparecen unas llamativas imágenes de hace muy poco, del 24 de abril; en una diminuta manifestación protesta ante Robert Fico se podía ver a Juraj Cintula con un cartel que pedía mantener al pais con la Unión Europea y lejos de Rusia. Interior cree que ya entonces había decidido atentar. Quizás allí mismo ese día, algo que habría aplazado hasta la siguiente visita del primer ministro a esa misma región el miércoles.
Un acto de extrema violencia que ha causado mucha extrañeza entre vecinos de toda la vida, como un amigo suyo desde hace 40 años, que asegura no haberle escuchado posturas extremas ni desde luego así de violentas: "Hace poco fuimos en autobús juntos e íbamos haciendo chistes, nada de política. Estoy completamente sorprendido".
Tras intervenir en su domicilio, la Policía se ha llevado bajo custodia a su esposa, que salía tapándose la cara con una revista en dirección a comisaría. Su casa se ubica en un barrio humilde que se ha convertido en el centro de la tensión política en el país. El Gobierno eslovaco, mientras, ha anunciado más protección para los políticos tras lo ocurrido con el dirigente de 59 años en la víspera.
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