Josef Fritzl, el Monstruo de Amstetten, no será puesto en libertad, pero sí trasladado a una cárcel

Un tribunal ha aprobado este martes el trasladado de Josef Fritzl, el Monstruo de Amstetten, desde el centro para delincuentes con problemas mentales en el que se encuentra, hasta una prisión normal, donde seguirá cumpliendo cadena perpetua. El hombre fue condenado en Austria en 2009 por encerrar y violar a su hija durante 24 años. La institución, por otra parte, también ha rechazado la petición de ponerlo en libertad. 

Fritzl encerró en 1984 a su hija Elisabeth, que entonces tenía 18 años, en un zulo en el sótano de la vivienda familiar, en la que también vivían su esposa y otros seis hijos, durante un cuarto de siglo. En aquel momento el hombre justificó la desaparición de la joven diciendo que se había fugado para unirse a una secta.

La esposa de Fritzl y sus otros hijos aseguraron, tras destaparse el caso en 2008, que nunca se percataron de que Elisabeth llevaba casi 25 años encerrada en el sótano, donde dio a luz a siete niños. Tres de sus ellos fueron adoptados por el condenado, que fingió que los menores habían aparecido en la puerta de su casa abandonados por su hija, mientras que los otros tres permanecieron encerrados con su madre hasta 2008. Fue al año siguiente cuando el varón  fue condenado a cadena perpetua por los cargos de asesinato por omisión de socorro, esclavitud y violación.

Durante el juicio, el Mostruo de Amstetten llegó a afirmar que violar a su hija se convirtió en una adicción y los peritajes psicológicos lo describieron entonces como una persona sin ninguna empatía hacia sus víctimas.

Se ha rechazado su puesta en libertad

La decisión se ha basado en un informe pericial que dictamina que debido a la demencia del condenado de 89 años, y a su deterioro físico, "ya no existe ningún peligro que haga necesario su internamiento en un centro terapéutico forense". Por el momento, esta resolución no es firme. 

En declaraciones a la agencia APA, la abogada de Fritzl, Astrid Wagner, ha calificado de lógica la decisión del traslado, vista como "un primer paso" para la puesta en libertad de su cliente. El tribunal, sin embargo, ha rechazado la petición que había solicitado la defensa del hombre argumentando su mal estado de salud.

La solicitud, sin embargo, ha sido descartada ante la "energía criminal sin precedentes implicada en los delitos condenados". La Fiscalía tiene catorce días para recurrir el traslado a la prisión convencional del conocido como Monstruo de Amstetten, por la localidad austríaca donde cometió sus crímenes.

Violar a su hija, una adicción

El monstruo de Amstetten siempre dijo que "sus sentimientos hacia su hija fueron una reconducción del amor incestuoso que había sentido hacia su madre, María". "Elizabeth era, de entre mis otras hijas, la que más se parecía a ella". "Cuando la violaba sabía que le hacía daño, pero me daba lo mismo. El deseo de hacer cosas prohibidas con ella me dominaba, mi hija era como una droga".

Y así Elizabeth se quedó embarazada. "Elizabeth tuvo miedo en el primer parto. La dejé sola. Sé que sufrió mucho, pero para mi era una alegría tener bebés, tener una familia oculta.."

Elizabeth dio a luz en condiciones infrahumanas seis veces (a la derecha tres de los hijos incestuosos). "Le bajé libros médicos, fui benevolente, para que aprendiera qué es lo que tenía que hacer". "Elizabeth era una excelente ama de casa y una buena madre. Yo le llevaba flores para animarla porque, a veces, ella estaba muy triste. He sido un hombre bueno. Al nacer Félix, en 2002, le regalé una lavadora. Le seguí bajando flores, libros y juguetes. Veía películas con mis hijos mientras Elizabeth cocinaba nuestras comidas favoritas. Celebrabamos cumpleaños y la navidad juntos. Eramos felices"

"Consideré dejarla marchar, pero no fui capaz de tomar la decisión, aunque sabía que por cada día que permaneciese secuestrada sería juzgado con más dureza"

"Pero no soy un monstruo. Podría haberlos matado a todos y no se habría sabido nunca" , añade Fritzl. En su defensa, asegura que otra muestra de su actitud es haber finalmente accedido a la hospitalización de la hija mayor nacida de la relación incestuosa, de 19 años, que hizo que sus crímenes salieran a la luz."Sin mí, Kerstin no estaría ya viva", ha dicho Josef Fritzl. ¿Se arrepiente?, le preguntaron los investigadores ¿Porqué debería hacerlo?, siempre me ocupé de ellos , contestó Fritzl a la policía.

Una cronología que da miedo

1. El caso de abusos e incesto de Elisabeth Fritzl, en cautiverio durante 24 años en la ciudad austríaca de Amstetten y que tuvo siete hijos de su propio padre, comenzó en 1977. En aquel año su padre, Josef Fritzl, abusó sexualmente de Elizabeth por primera vez cuando ésta tenía once años.

2. A principios de los años 80 , la joven trabajó en una gasolinera de la autopista de Viena a Salzburgo, pero, oficialmente, desapareció en agosto de 1984 sin dejar rastro. Su madre presentó una denuncia por su desaparición a la policía, pero dado que Elizabeth ya era mayor de edad, las autoridades dieron por válida la versión paterna: que Elizabeth había abandonado el hogar por voluntad propia y que vivía en una secta. Sin embargo, según la reconstrucción de los hechos, cuando tenía 18 años Elizabeth se escapó, pero luego volvió a casa y fue cuando su padre la llevó al sótano, de donde ya nunca salió hasta el pasado 19 de abril de 2008, 24 años después.

3. En 1988 nació, en el zulo, su primera hija, Kerstin. A la niña la llevó su padre el 19 de abril de 2008 al hospital de Amstetten. Llevaba en un bolsillo una carta escrita por su madre Elizabeth. "Nunca ha visto la luz del sol y a la única persona que conoce es a mi padre". Albert Reiter, el médico que la atendió no daba crédito al lamentable estado que presentaba la jóven, con graves problemas en la piel, en la vista y en la dentadura. Sospechaba que algo siniestro le había ocurrido. Se le detectó una enfermedad genética relacionada con el incesto y estuvo varias semanas en cuidados intensivos. Salió del coma el 15 de mayo de 2008.

4. Fue el hospital el que hizo un llamamiento público, a través de la emisora austríaca ORF, de la Interpol y de otras autoridades a su madre, supuestamente en una secta, para que acudiera a facilitar información sobre su hija. Además, Josef Fritzl incurría en contradicciones para explicar el caso. Josef Fritzl llevó a Elizabeth al hospital. Ella habló con los médicos sólo cuando le aseguraron que nunca más volvería a ver a su carcelero.

5. En 1990 nació Stefan, que al igual que su hermana, nunca salió del zulo. El sótano, de unos 60 metros cuadrados, era demasiado pequeño para los nuevos hijos que iba teniendo Elizabeth. Además, algunos eran más débiles y lloraban demasiado. Por eso en 1992, "apareció" en la puerta de la casa de los Fritzl, Lisa. En 1993 Monika. Josef Fritzl los puso allí para dar la impresión de que había sido Elizabeth la que los había dejado al cuidado de sus padres. Varias cartas manuscritas de Elizabeth y enviadas por Josef Fritzl (en la imagen inferior) desde distintas localidades de Austria, reforzaban la historia.

6. El último hijo, Félix, nació en 2003 y siempre permaneció en el zulo hasta el 19 de abril de 2008. El mismo día que Kerstin ingresó en el hospital y cuando Josef Fritzl se vino abajo confesando lo que ocultaba su sótano tras un puerta de 300 kilos de peso.

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