El príncipe Harry ha vuelto a Londres y lo ha vuelto a hacer solo. Ni siquiera la ausencia de su esposa Meghan Markle ha servido para que pudiera verse con Carlos III. A pesar de todo se le ha visto muy sonriente, junto a la familia de su madre, ha contado desde Londres, Ainhoa Paredes.
Mientras el hijo menor del rey de Inglaterra asistía a una ceremonia religiosa en la Catedral de San Pablo, Carlos III estaba a solo tres kilómetros de distancia. La casa real ha argumentado una apretada agenda para que el rey no se reencuentre con su hijo.
Lo cierto es que Carlos III estaba una fiesta en el Palacio Buckingham junto a la reina Camila y otros miembros de la familia real.
Ni siquiera el cáncer que padece el rey ha servido para un verdadero acercamiento entre Harry y su padre, al que solo vio 30 minutos en su anterior visita a Londres hace unos meses. Tampoco ha habido mucha aproximación con su hermano, el Príncipe de Gales, tras anunciarse que Kate Middelton padece la misma enfermedad que su suegro.
Quienes sí estaban en la catedral de San Pablo, donde se casaron sus padres, eran familiares de Lady Di con quien Harry ha conversado relajadamente.
Para el Príncipe Harry este día era muy especial. Se celebraba el X aniversario de los juegos Invictus, que el mismo creó. Una especie de juegos paralímpicos para soldados heridos en acto de servicio.
El siguiente destino de Harry será Nigeria. Allí si le acompañará su mujer, Meghan Markle.
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