La Justicia británica ha decidido retrasar la decisión sobre la extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange. El Tribunal Superior de Londres reclama a Estados Unidos nuevas garantías y el activista, periodista y programador australiano tendrá así hasta al menos el 20 de mayo para seguir recurriendo su caso.
Los dos jueces encargados de la causa han entendido que los argumentos presentados por los abogados de Assange tenían fundamento, por lo que han anunciado una futura vista en mayo si antes Estados Unidos no puede acreditar una serie de requisitos, como que el acusado no será condenado a la pena de muerte o que se respetará la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana, que consagra la libertad de prensa, como informa la BBC.
De este modo, el fundador de Wikileaks, acusado por 18 delitos de espionaje e intrusión informática en Estados Unidos, recibe con esta decisión de la Justicia británica un ‘balón de oxígeno’ parcial, en la medida en que un rechazo frontal a sus argumentos tras las vistas de febrero en el Tribunal Superior ya habría implicado dar por bueno el aval político a la extradición. En este caso, al fundador de Wikileaks sólo le quedaría dirigirse al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
El Gobierno de Reino Unido dio luz verde al traslado en junio de 2022, pero Assange, que llegó a permanecer cerca de siete años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, ha tratado de bloquearlo por todas las vías posibles.
Sobre Julian Assange pesan cargos por violar la Ley de Espionaje estadounidense y se arriesga a una condena de hasta 175 años de cárcel por la filtración de miles de documentos secretos. En las vistas, los abogados del fundador de Wikileaks pusieron en duda que pudiese recibir un juicio justo en EEUU, reivindicando que en este proceso están en juego libertades fundamentales, ya que las actuaciones de Assange entrarían dentro del ámbito del periodismo y merecerían especial protección.
En ese momento, alegaron que al activista se le imputaban "delitos políticos" y que, por tanto, en su caso no era aplicable el tratado de extradición entre Estados Unidos y Reino Unido. No obstante, a este respecto, los jueces han rechazado en su dictamen de este martes que el procesamiento derive de la expresión de opiniones políticas.
Para la parte estadounidense, se trata de hechos de especial gravedad y durante las vistas hicieron hincapié en las "profundas consecuencias" de las filtraciones, especialmente para las fuentes que aparecían identificadas en los documentos publicados por Wikileaks y relativos a situaciones de conflicto.
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