El Papa ha recibido este lunes en el Aula Pablo VI del Vaticano a un grupo de 800 nigerianos que viven en Roma ante los que ha leído su discurso sin dificultad, después de que este domingo optara por no pronunciar la homilía de la misa del Domingo de Ramos que presidió en la plaza de San Pedro, lo que disparó los rumores sobre sus condiciones de salud.
Francisco tiene dificultades desde hace algo más de un mes para leer en voz alta textos largos debido al proceso gripal que arrastra. El Pontífice presidió este domingo la eucaristía con la que dio inicio a la Semana Santa y también el rezo del ángelus, pero algunos medios italianos cuestionaron su estado de salud e incluso interpretaron un supuesto agravamiento como la causa de su decisión de permanecer en silencio en la homilía.
Según la normativa litúrgica de la Iglesia católica, pronunciar la homilía es facultativo durante el Domingo de Ramos, de hecho, si se pronuncia se pide a los sacerdotes que sea breve. Con todo, fue la primera vez en 11 años de Pontificado que Francisco no pronunció la homilía del Domingo de Ramos. De momento, la oficina de prensa del Vaticano no ha informado de las razones de la decisión del Pontífice, que concelebró la misa junto al cardenal Claudio Gugerotti, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Durante el encuentro, ha instado a los católicos nigerianos a no "encerrarse nunca en la propia cultura" al tiempo que ha arremetido contra los peligros del "aislamiento tribal". "El peligro de la cerrazón; de no ser universales, sino de encerrarse en un aislamiento -permítaseme la palabra- tribal. No. Sus raíces se cierran, se aíslan en esta actitud tribal y no universal, no comunitaria. Comunitaria, sí; tribal, no. Y esto es algo muy importante que hay que hacer. Y vale para todos", ha señalado Francisco.
Francisco ha hecho referencia a la situación de violencia en Nigeria, el país más poblado y étnicamente más diverso de África. Por ello, les ha instado a ofrecer la cultura en signo de "universalidad". "La diversidad de etnias, tradiciones culturales y lenguas en su nación no constituye un problema, sino un don que enriquece el tejido de la Iglesia, así como el de la sociedad en su conjunto y permite promover los valores de la comprensión mutua y la convivencia", ha explicado el Papa.
El Pontífice ha asegurado sus oraciones "por la seguridad, la unidad y el progreso espiritual y económico" del país africano al tiempo que ha reclamado la vía del diálogo y la escucha mutua "con el corazón abierto, sin excluir a nadie a nivel político, social y religioso" como vía para resolver los conflictos.
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