Rusia ha comenzado ya a votar en las elecciones presidenciales, en las que, en la práctica, solo hay un candidato: Vladímir Putin. Aproximadamente 112 millones de personas están llamadas a las urnas desde hoy este viernes hasta el domingo, con la guerra de Ucrania de fondo y la amenaza del presidente francés, Emmanuel Macron, que ha reiterado estar dispuesto a enviar tropas al frente.
En este escenario, ciudadanos rusos, que siempre conservan el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial, temen otro conflicto a gran escala, como informa Xavier Colás en el vídeo.
Estas son las primeras elecciones de Vladímir Putin desde que inició la invasión de Ucrania, que ya va por su tercer año. No obstante, son unos comicios fáciles para él, una vez más. Al frente solo tiene a tres rivales impopulares, sin experiencia y que tampoco se oponen mucho a las políticas del Gobierno.
El candidato comunista es el más veterano, y hace parecer incluso joven a Vladímir Putin, mientras el líder ultranacionalista le hace parecer moderado. Hay un tercer aspirante: el liberal, que se opone a la guerra, aunque no demasiado. Pide una paz, pero basada en las reclamaciones de Rusia; esto es, las reclamaciones de Vladímir Putin.
Mientras, el líder del Kremlin ha llamado a votar. Putin dice que es una manera de “mostrar patriotismo”.
La cita con las urnas las urnas llegan marcada, una vez más por las dudas a nivel internacional sobre la legitimidad democrática del proceso. Los rusos vuelven a votar sabiendo que no hay una oposición real que desafíe a Vladímir Putin.
Los primeros colegios en abrir sus puertas lo han hecho a las 8:00 horas, -- , 6:00 horas en España--,) y cerrarán a las 20:00 horas, estando abiertos durante tres días, desde este viernes al domingo. Las primeras regiones en abrir los centros de votación han sido las de Kamchatka y Chukotka, los territorios más orientales de Rusia. No obstante, si bien la mayoría de los votos se depositarán entre el viernes y el domingo en los colegios electorales de todo el país, el voto por correo comenzó hace casi una semana en el exterior, incluidas algunas zonas del este de Ucrania anexionadas por Rusia en 2022, a pesar de que algunas áreas siguen bajo control ucraniano.
Desde Kiev, precisamente, denuncian amenazas y actos de violencia contra los residentes de estas provincias, a quienes se estaría presionando para que acudan a las urnas contra su voluntad, algo que ha sido rechazado desde Moscú, que insiste en considerar Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk como regiones "liberadas".
En esta situación, son muchos los que estipulan que no se trata de unos comicios normales: el poder de Putin sobre el sistema electoral ruso ya ha provocado en el pasado críticas y condenas por presunto fraude electoral.
La lista de candidatos a la Presidencia se ha visto reducida a cuatro después de que Boris Nadezhdin, --el único candidato crítico con la guerra en Ucrania--, quedara fuera de la carrera electoral. A él se suman más de una decena de políticos cuyas candidaturas han sido rechazadas por la Comisión Electoral Central, por lo que Putin únicamente cuenta con tres rivales, ninguno de ellos lo suficientemente fuerte como para amenazar su puesto en el Kremlin.
Los candidatos oficiales, el nacionalista y conservador Leonid Slutski, líder del partido Liberal Demócrata de Rusia, el comunista Nikolai Jaritonov y Vladislav Davankov, un empresario del partido Gente Nueva, han mostrado en todo momento su apoyo a la invasión rusa de Ucrania.
Ante este panorama, las voces críticas con el Gobierno de Putin brillan por su ausencia entre las opciones en las urnas, mientras se alzan para denunciar, precisamente, actos de represión y persecución contra los disidentes, una postura que ha cobrado fuerza recientemente tras la muerte de Alexei Navalni, una de las caras más reconocidas de la oposición rusa.
En ese sentido, el caso, impulsado por su esposa, Yulia Navalnaya, ha llevado a la comunidad internacional a tildar al jefe de Estado ruso de "asesino" por considerar que su fallecimiento en prisión responde a las acciones del Gobierno para acallar a aquellos que se enfrentan al mandatario.
En esta línea se ha pronunciado también Leonid Volkov, colaborador y antiguo jefe de campaña del disidente fallecido, que ha acusado directamente a Putin del ataque a martillazos sufrido el martes frente a su vivienda en la capital de Lituania, Vilna, y que le ha dejado diversas heridas en una pierna, un brazo y la cara. El opositor ha achacado lo sucedido al comportamiento "gansteril" del presidente ruso, pero ha afirmado que seguirá "trabajando" para hacerle frente.
Clamando contra las prácticas de Putin, a medida que la oposición denuncia la celebración de unas elecciones "antidemocráticas", los sondeos de intención de voto realizados por el Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia (VCIOM) dan a Putin la victoria con el 75 por ciento de los apoyos. El resto de candidatos, que también han mostrado su apoyo al Kremlin y han respaldado significativamente sus políticas, quedarían muy por detrás.
Frente a este panorama, dominado por la política de Putin, figuras como la de la viuda de Alexéi Navalni han llamado a la población a salir a la calle con motivo de las elecciones para protestar a las 12:00 (hora local) del 17 de marzo en los centros de votación de todo el país.
La movilización forma parte de una iniciativa conocida como 'Mediodía contra Putin', y que ya fue presentada por Navalni antes de su fallecimiento.
Mientras tanto, Vladímir Putin continúa alargando su ‘reinado’ en Rusia. El mandatario ha estado al frente del país durante gran parte del siglo XXI, lo que lo convierte en el alto cargo ruso que más tiempo ha ostentado el poder desde Joseph Stalin.
Natural de San Petersburgo, ascendió al cargo después de imponerse en las elecciones del año 2000. Tras ello, ha ido acumulando holgadas mayorías absolutas que le han servido para triunfar en un total de cuatro votaciones presidenciales.
Sin embargo, e impedido por la Constitución, tuvo que renunciar en 2008 a un posible tercer mandato y se presentó al cargo de primer ministro. La Presidencia quedó entonces durante cuatro años bajo el mando de Dimitri Medvedev, con quien Putin se turnó más tarde el cargo.
Para asegurarse su continuidad en el cargo, el presidente ruso ha reescrito las leyes y normas del sistema político del país, lo que lo llevó a ampliar los mandatos --de cuatro a seis años-- en una reforma constitucional impulsada en 2008. Posteriormente, en abril de 2021, promulgó una ley que le permitirá acumular otros dos mandatos, de tal forma que pudiera concurrir, precisamente, en las elecciones de 2024, pero también en las de 2030, algo que tenía vetado hasta entonces.
La normativa establece como principio general un máximo de dos mandatos de seis años cada uno para el jefe de Estado, lo que podría llevar a Putin a gobernar hasta el año 2036. Las modificaciones relativas a la Presidencia se incluyeron dentro de un paquete de cambios que contemplan que los candidatos deben tener al menos 35 años, haber vivido de forma permanente en Rusia durante al menos 25 y no tener ciudadanía o permiso de residencia en otro país. Además, las reformas modifican las funciones del Ejecutivo y del poder legislativo y prohíben expresamente la secesión de los territorios que integran Rusia.
Putin, que goza actualmente de un mejor nivel de popularidad entre la población rusa a medida que las tropas avanzan en el frente en Ucrania, ha destacado la fortaleza y resiliencia de la economía rusa ante los intentos de la comunidad internacional de ejercer una presión significativa sobre el Kremlin con sanciones significativas.
Sin embargo, el presidente sigue negándose a participar en un debate electoral y, en su defecto, ha preferido dirigirse a la población durante su discurso anual ante el Parlamento, en el que ha dicho contar con armas suficientes para golpear a Occidente y ha prometido destinar millones de rublos a la modernización de las escuelas y la infraestructura del país.
El discurso, que contenía información sobre la introducción de políticas de cara a la próxima década, incluía información sobre nuevos despliegues de tropas en el flanco occidental ruso ante la expansión de la OTAN y la adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza.
Además, el mandatario ha acusado a Estados Unidos de tratar de interferir en el proceso electoral y ha señalado que es el propio presidente estadounidense, Joe Biden, el que ha dado directrices a las ONG del país para que propicien una baja participación en los comicios.
Con esta baja participación, ha explicado, Washington busca "cuestionar los resultados de las elecciones" para poder así hablar de fraude electoral. Por ello, ha pedido a los ciudadanos, tanto en Rusia como en los territorios anexionados en el este de Ucrania, acudir a votar para determinar el futuro del país en un "momento difícil". Para el mandatario, que afronta el último día antes de los comicios centrado en el recrudecimiento de la ofensiva en Ucrania, la participación supone un "acto de patriotismo".
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