Las mujeres de los movilizados rusos que combaten en Ucrania han anunciado lo que llevan meses advirtiendo, han decidido no apoyar a ningún candidato en las elecciones presidenciales y acudir a los comicios solo para invalidar las papeletas.
“Es evidente que nuestras esperanzas no se cumplen y que no llega la desmovilización que esperábamos”, escribieron esposas de los llamados a filas en la movilización parcial decretada en Rusia en septiembre de 2022.
Las mujeres, unidas en el grupo Put Domoy (Camino a casa), aseguraron que los cuatro candidatos a la Presidencia, incluido el actual jefe del Kremlin, Vladímir Putin, eluden asumir la responsabilidad por lo que ocurre.
“Callan sobre asuntos que nos conciernen a todos y prefieren hablar de temas menos sensibles y más beneficiosos para su imagen”, señala un comunicado del grupo, difundido en su canal de Telegram.
En este sentido, sugirieron ir a las elecciones solo para que “no se roben votos”, aunque insistieron en que utilizarán el sufragio para expresar su descontento y exigir cambios. “Pero nosotras proponemos no solo acudir a los colegios, sino que nuestra voz sea más radical, estropeando las papeletas ya que no hay candidato que se ocupe de la desmovilización”, señalaron.
Previamente, las mujeres de los movilizados ya habían apoyado la acción “Mediodía contra Putin”, propuesta por la oposición rusa para mostrar el descontento con la política del jefe del Kremlin y que consiste en acudir a un colegio electoral a las 12.00 en punto, independientemente de las preferencias políticas, siempre y cuando los participantes en el acto no voten al actual líder ruso.
“Esa es nuestra voz y hay que escucharla”, aseveraron y pidieron a sus seguidores a enviar las fotos de las papeletas estropeadas durante los próximos comicios.
En septiembre de 2022, el presidente ruso llamó a filas a 300.000 reservistas para combatir en Ucrania, aunque uno de los puntos del decreto es secreto, lo que abre la puerta a una nueva campaña de movilización. Esa movilización parcial provocó el éxodo de cientos de miles de rusos en edad militar, que emigraron a países como Kazajistán, Georgia y Armenia, y también a otros países europeos.
Todo comenzó en agosto de 2023. Ante la falta de respuesta de las autoridades, las mujeres, que también incluyen a hermanas y madres de reservistas, crearon un movimiento, que se ha mostrado muy activo desde entonces.
“Simplemente llegamos a un punto en que nos cansamos de pedir y ahora exigimos lo que estipula la Constitución”, explica la fuente de EFE.
Las autoridades no vieron con buenos ojos su activismo y les prohibieron manifestarse, algo que no les impidió salir a la calle, lo que provocó que la policía se personara en sus domicilios para llamarles la atención.
Éstas no se arredraron y publicaron un manifiesto y una petición en las que acusaron a Putin de “promesas vacías”, pidieron un año de plazo límite de servicio en el caso de los reservistas y proclamaron que “la movilización fue un terrible error”.
“Esperemos que el presidente atienda nuestras ansias, ya que nosotros también somos votantes”, advierten, en alusión a las elecciones presidenciales de marzo de 2024 en las que el líder ruso buscará la reelección.
Estas mujeres niegan que busquen “provocar la desestabilización de la situación política”, pero añadieron: “No existen orcos y elfos. Hay propaganda e instigación del odio. Hay política y gente corriente en manos de los políticos”.
Con todo, el jefe del comité de Defensa de la Duma, Andréi Kartapólov, mantiene que los movilizados solo regresarán a sus hogares “después de que concluya la operación militar especial”.
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