El muro nórdico ya es una realidad. La ampliación de la OTAN se confirma con Suecia como nuevo socio. Y lo hace en plena ola de tensión con la Rusia de Vladimir Putin. Si el Kremlin quería el desgaste de la Alianza Atlántica cuando lanzó su invasión sobre Ucrania -ayer Zelenski estuvo a 200 metros de ser asesinado tras un ataque en Odesa- ha conseguido justo lo contrario. Suecia ha completado el proceso de adhesión y se convierte en el miembro número 32 de la organización, a la que entra solo unos meses después de que lo hiciera Finlandia.
Se completa así el llamado ‘muro nórdico’, es decir, que Noruega, Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca ya están bajo la protección de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Un éxito también para EEUU a cuyo Congreso, todo hay que decirlo, cada vez le cuesta más dar dinero a Ucrania.
Suecia se ha convertido este jueves en nuevo miembro de la OTAN tras finalizar todos los trámites para su integración en la organización militar, una vez Hungría ha depositado el protocolo de adhesión en Washington. Culmina así un proceso que se presumía 'exprés', pero que ha llevado finalmente 22 meses por las reticencias de Turquía y Hungría.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson ha dejado claro el por qué de este paso: “La situación de la seguridad en nuestra región no ha sido así de seria desde la Segunda Guerra Mundial. Rusia seguirá siendo una amenaza grave a la seguridad euroatlántica en el futuro previsible. Ante esto, Suecia pidió unirse a la Alianza, para ganar seguridad, pero también para aportar seguridad”, declaraba Kristersson en la ceremonia de este jueves en el Departamento de Estado.
Rusia dejó claro entonces que "el rechazo de Finlandia a la política de neutralidad" con su entrada en la OTAN "podría tener un impacto negativo en las relaciones ruso-finlandesas, que se han construido con un espíritu de buena voluntad" y que se han caracterizado por el "intercambio de francos puntos de vista", según el líder del Kremlin. Para Putin, la adhesión era un "error", ya que "no hay amenazas para la seguridad de Finlandia". Finlandia creía que la invasión de Ucrania había "alterado el entorno de seguridad" de su país y recordó que "cada nación independiente" tiene derecho a "maximizar su seguridad". Ahora, el miedo a Rusia ha llegado a Suecia.
Suecia se ha convertido este jueves en nuevo miembro de la OTAN tras finalizar todos los trámites para su integración en la organización militar, una vez Hungría ha depositado el protocolo de adhesión en Washington. Culmina así un proceso que se presumía 'exprés', pero que ha llevado finalmente 22 meses por las reticencias de Turquía y Hungría.
El Departamento de Estado ha confirmado tras el paso dado por Hungría, al que sigue el propio protocolo del país candidato, en este caso Suecia, que este jueves "se cumplieron las condiciones de entrada en vigor" para la adhesión de Suecia a la OTAN.
Una vez los miembros de la OTAN ratifican los protocolos de adhesión, los documentos deben ser enviados a Estados Unidos, donde son depositados ante el Departamento de Estado. El país aspirante tan solo se convierte en miembro de la OTAN cuando Washington cuenta con los documentos de todos los aliados.
Después de este paso, que implica la integración formal de Suecia como 32º aliado de la OTAN, está previsto que el lunes en la sede de la alianza atlántica en Bruselas tenga lugar la ceremonia de izado de bandera de Suecia, acto con el que los aliados dan tradicionalmente la bienvenida a los nuevos miembros.
Suecia se une así a sus vecinos finlandeses que ingresaron en la OTAN hace ahora 11 meses después de que ambos presentaran su solicitud de adhesión en mayo de 2022, tan solo unos meses después de la invasión rusa de Ucrania. De esta forma suecos y finlandeses culminan un giro inédito en su política de neutralidad de los últimos dos siglos, en respuesta directa a la creciente amenaza que representaba Moscú al escenario de seguridad internacional tras el ataque lanzado contra Ucrania.
Pese a que en un primer momento la organización militar preveía una adhesión 'exprés' de Suecia y Finlandia y se apuntaba que su incorporación podría culminarse en tan solo unos meses, para finales de 2022 o principios de 2023, ambos candidatos nórdicos han tenido que lidiar con las reticencias del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alegando falta de cooperación en materia antiterrorista y una supuesta connivencia con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
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