La vuelta del servicio militar obligatorio, conocida como ‘mili’, en España parece un debate ya superado desde hace años después de que en marzo de 2001 se pusiese fin al reclutamiento militar, pero los tambores de guerra comienzan a sonar desde Europa. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, lanzó un mensaje nada tranquilizador: “Puede que la amenaza de guerra no sea inminente, pero no es imposible. No hay que exagerar los riesgos de la guerra, pero hay que prepararse para ellos”.
El mensaje de la presidenta de la CE se produce tras el anuncio de impulsar compras militares conjuntas dentro de la primera estrategia industrial comunitaria de defensa. Además, se ha comprometido a crear un nuevo cargo en la próxima Comisión Europea que será un comisario de Defensa.
Se han cumplido dos años desde el inicio de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia, una situación que parece no tener un final cercano. Hace tan solo unos días Vladimir Putin anunciaba el despliegue de tropas en el flanco occidental ante la expansión de la OTAN en el este y la “implicación de Suecia y Finlandia en la Alianza”, amenazando de “consecuencias trágicas” para la humanidad si se enviaban tropas a Ucrania, como propuso el presidente francés, Emmanuel Macron.
"Ellos lo saben, también tenemos armas que pueden alcanzar objetivos en su territorio", ha puntualizado antes de afirmar que occidente está "asustando al mundo entero y amenaza con provocar un conflicto nuclear que lleve, por lo tanto, a la destrucción de la civilización".
El conflicto de Gaza es otro de los elementos que suponen una inestabilidad por lo que desde las instituciones europeas apremian a que Europa debe “gastar más, gastar mejor, gastar europeo” en materia armamentística.
En cuanto a la posibilidad de que Estados Unidos se distancie de sus aliados, si Trump vence en noviembre las próximas elecciones, resuena con más fuerza por lo que la necesidad de un rearme europeo cada vez es mayor.
Bruselas trata de impulsar una aceleración industrial de armamento como se ha hecho hasta ahora, a través de la legislación europea conocida como ASAP, centrada en las compras conjuntas de munición, que nació por la urgencia de rellenar los arsenales y continuar los envíos a Ucrania.
En este contexto geopolítico algunos países europeos están comenzando a replantearse volver a imponer el servicio militar obligatorio, mientras que otros ya lo volvieron a instaurar, como es el caso de Francia.
Los países europeos que cuentan con este reclutamiento obligatorio son once; Suecia, Noruega, Lituania, Letonia, Dinamarca, Grecia, Francia, Turquía, Finlandia, Austria y Estonia.
Por su parte en Alemania la vuelta de la mili ya se está replanteando desde hace unos meses, André Wüstner, coronel del Ejército germano y presidente de la Asociación de las Fuerzas Armadas del país, aseguró que "estamos en la fase más peligrosa desde el fin de la Guerra Fría", por lo que, a nivel federal y estatal, se debería "abordar la cuestión de la actitud defensiva". "Nuestra forma de vida está actualmente bajo ataque, aunque muchas personas no se den cuenta o no quieran darse cuenta todavía" y "hay que defenderse", agregó.
El servicio militar obligatorio se eliminó en Alemania en 2011, cuando su duración era solo de seis meses. Angela Merkel pensó en recuperarlo ya en 2016 "en caso de amenaza terrorista", pero la medida no se llevó a cabo y ahora vuelve a ser un tema a debate.
En España el gobierno presidido por José María Aznar puso fin a más de dos siglos de reclutamiento militar con un Real Decreto el 9 de marzo de 2001.
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