La fotografía de Kate Middleton ofrecida por la familia real británica ha tenido los efectos radicalmente opuestos a los que se pretendía. Si la intención era tranquilizar a los ciudadanos sobre el estado de salud de la princesa de Gales, la burda manipulación de la imagen ha generado aún más desconcierto y una auténtica avalancha de rumores. Muchos creen que solo lograrán acallarlos y pasar página si Kensington Palace publica la imagen oficial. Algo a lo que, de momento, se niegan.
La decisión de varias agencias de prensa internacionales de retirar la fotografía tras contrastar el montaje provocó la inmediata reacción de la realeza británica, que reconoció el retoque. Pero no es la primera vez que los príncipes de Gales lo hacen. La instantánea que te mostramos en el vídeo que abre esta noticia parecía una estampa familiar de lo más entrañable. La difundieron hace escasos tres meses para felicitar a los británicos la Navidad del 2023. Pero en redes sociales pronto llamó la atención general el dedo perdido del príncipe Louis. Era otra foto manipulada difundida por los príncipes de Gales.
Ahora, en en un hecho sin precedentes, han sido las agencias las que se han plantado y hace dos días retiraron la nueva fotografía llena de retoques. Algunos expertos han contado hasta 20 correcciones con errores muy básicos. "Esto no es inteligencia artificial, que es mucho más fina y tiene muchísima más calidad. Esto es algo que se ha hecho de forma muy rápida", asegura a Informativos Telecinco Ángel González, de Globatika. Varios especialistas hablan incluso de superposición de fotogramas y hay quien insinúa que la princesa pudo haber utilizado una portada de la revista Vogue para su rostro. Con todo, la cuestión de fondo es por qué fue manipulada. ¿No se encuentra bien la princesa? Las especulaciones continúan.
La última foto de Kate se tomó este mismo lunes. En ella, la princesa vuelve la cara mientras está sentada con Guillermo en el coche oficial. Ambos están pendientes del móvil justo después del mensaje de la princesa pidiendo disculpas por manipular una foto de familia convertida ya en auténtica pesadilla real. Del coche salía Guillermo a los actos oficiales del día de la Commonwealth. Nadie sabe dónde iba su esposa. El control que los príncipes de Gales ejercen sobre su propia comunicación es conocido por los expertos en la casa real británica, pero nada es igual desde la cirugía abdominal.
La princesa confía, decía el comunicado del pasado 17 de enero, en que se entienda su deseo de que la información personal médica permanezca privada. Una decisión tan personal como el retoque de la foto destinada a acallar rumores pero que abre una crisis de desconfianza. Hoy los titulares en Londres destacan el mea culpa de la princesa de Gales y le piden por transparencia que publique la foto sin retoques. En portada, un desastre en relaciones públicas que sin duda afecta a la recuperación de la misteriosa cirugía de la futura reina de Inglaterra.
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