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La última vez que se encontraron en Reino Unido fue en el funeral de la reina Isabel II. De aquella llevábamos dos años sin ver a los reyes Felipe y Letizia compartiendo espacio y tiempo con el rey emérito. Y todos los titulares que escudriñaron esa reunión hablaron de tensión, tiranteces e incomodidad por ambas partes. Este martes, 17 meses después de esas instantáneas que dieron la vuelta al mundo, la estampa de la familia real española, tanto la pasada como la presente, es totalmente opuesta.
Juan Carlos I ha vuelto a tomar un vuelo desde Abu Dabi para asistir a la misa organizada por la reina Camila en el Castillo de Windsor. El motivo de esta convocatoria era el primer aniversario de la muerte de Constantino de Grecia, último monarca del país heleno, hermano de la reina Sofía y pariente cercano de la familia real británica. De ahí que desde Reino Unido hayan querido rendirle tributo.
A falta del rey Carlos III, convaleciente de un cáncer, y del príncipe Guillermo, que ha cancelado su asistencia en el último momento “por motivos personales”, han sido pocos los miembros reales que han faltado a la cita. De la parte española han acudido el rey Felipe, la reina Letizia y el rey Juan Carlos, a los que hemos visto reír en la bancada de la capilla de San Jorge en la que se ha producido la liturgia.
Cariñoso también se ha mostrado el matrimonio justo antes de saludar al decano de Windsor, el reverendo Dr. Christopher Cocksworth, encargado de oficiarla.
Y en muy buena sintonía se han dejado ver las infantas Elena y Cristina, también presentes junto a Juan Valentín Urdangarin, minutos antes de arrancar la misa.
La reina Sofía, como hermana del fallecido, ha ocupado la primera fila junto a su hermana Irene de Grecia y los hijos de Constantino. Entre ellos también se ha apreciado que la relación es buena.
Antes de ocupar su sitio, los reyes Felipe y Letizia se acercaron a saludar a su familia griega.
El Jefe del Estado, de hecho, se ha encargado de ejercer de 'bastón' de su padre a su entrada a la capilla.
Estas imágenes de felicidad no se veían desde hace cuatro años, al menos con los reyes y el emérito como protagonistas. Recordemos que la última reunión familiar tuvo lugar en un restaurante del madrileño barrio de Chamartín con motivo del cumpleaños de la hermana mayor de Felipe VI. Aquella tarde, Zarzuela evitó que el rey Juan Carlos fuese captado por la prensa en compañía de su hijo y de su nuera, con los que se volvió a ver las caras en privado, en el interior del local.
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