Carlos III tiene cáncer: qué significa que sea incipiente

El rey Carlos III recibe ya tratamiento del cáncer que padece y que ayer fue comunicado oficialmente por el Palacio de Buckingham que no ha dado más detalles sobre su enfermedad. Hoy el primer ministro británico sí ha apuntado alguna novedad y es que lo han detectado pronto, estamos ante un cáncer incipiente.

La estadificación es una forma en que los médicos describen el tamaño del cáncer y su extensión, lo que puede ayudar a decidir el mejor tratamiento.

Existen diferentes sistemas o formas utilizadas por los médicos.

Por ejemplo, la estadificación puede utilizar números, donde uno se refiere a un cáncer pequeño que no se ha diseminado, en comparación con cuatro, lo que significa que está avanzado y se está diseminando por todo el cuerpo. En el caso de Carlos III el cáncer es pequeño y no se ha diversificado por otras partes del cuerpo.

Estadio 0. Este estadio describe el cáncer in situ. “In situ” significa “en el lugar”. Los cánceres de estadio 0 aún se ubican en el lugar en el que se iniciaron. No se diseminaron a los tejidos adyacentes. Este estadio del cáncer suele ser curable. Por lo general, se puede extirpar todo el tumor con una cirugía.

Estadio I. Por lo general, este estadio es un cáncer que no ha crecido profundamente en los tejidos adyacentes. Además, no se ha diseminado a los ganglios linfáticos ni a otras partes del cuerpo. A menudo se le denomina cáncer en estadio temprano.

Estadio II y Estadio III. En general, estos 2 estadios son cánceres que han crecido más profundamente en los tejidos adyacentes. También es posible que se hayan diseminado a los ganglios linfáticos, pero no a otras partes del cuerpo.

Estadio IV. Este estadio significa que el cáncer se ha diseminado a otros órganos o partes del cuerpo. También se le puede denominar cáncer avanzado o metastásico.

El cáncer del Rey, cuestión de estado y ríos de tinta, no se sabe de qué es. Pero sí que ha sido detectado a tiempo. Todo el país sabe ya que no es un cáncer de próstata, que ayer comenzó tratamiento ambulatorio y que su estado de ánimo es optimista. El palacio de Buckingham también comunicó ayer que el rey seguirá ejerciendo, aunque suspende todas sus funciones públicas. Y eso obliga a mover pieza en el tablero real.

De momento, la Reina Camila asume mayor protagonismo. Curiosamente hace una semana inauguraba un centro de apoyo de una organización benéfica contra el cáncer, pero ahora además Guillermo el heredero, pasa a primer plano. Retirado para cuidar a la convaleciente Princesa de Gales de su reciente y misteriosa operación abdominal, el Príncipe Guillermo asumirá mañana mismo funciones en nombre del rey con dos actos públicos. En el aire una abdicación y también las tensas relaciones con el Príncipe Harry a quien el Rey llamó antes de que se publicara su enfermedad. El hijo pequeño del Rey, sin Meghan, ha volado hoy a Londres alimentando una posible reconciliación. 

El Palacio de Buckingham anunció el lunes por la tarde en un comunicado que los médicos habían diagnosticado de cáncer al rey durante un tratamiento por un problema de próstata. No aclaró de qué tipo de cáncer se trata, aunque sí ha confirmado que durante un tiempo el monarca no participará en actos públicos.

Carlos III seguirá las labores de despacho

Seguirá en principio con labores de despacho, lo que en principio no anticipa problemas para cuestionas de trámite como la promulgación de leyes o incluso para las reuniones periódicas que el monarca mantiene con el primer ministro --normalmente todos los miércoles en Buckingham--.

La reina Camila sí seguirá asistiendo a actos públicos, lo que le dejará durante un tiempo aún por determinar como principal figura de la Casa Real británica de cara a los ciudadanos. No se trata en cualquier caso de una sustitución temporal de las funciones propias del rey, una posibilidad que sí se contempla para determinadas situaciones.

Así, llegado el caso de que el rey no pudiese desarrollar las labores oficiales que le corresponden, otros miembros de la familia podrían ser designados consejeros de Estado para actuar en su nombre. Entre los potenciales sustitutos figuran, además de la reina, el príncipe Guillermo de Gales, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, estos dos últimos hermanos de Carlos III.

Si el rey abdicase o falleciese, la corona recaería automáticamente en su primogénito, el príncipe de Gales, tal como le ocurrió al propio Carlos III en septiembre de 2022 cuando murió su madre, Isabel II, que llevaba más de siete décadas en el trono.

Por detrás del príncipe Guillermo, en la línea de sucesión figuran sus tres hijos, empezando por el príncipe Jorge. Dado que se trata de menores de edad sin descendencia, el quinto lugar lo ocupa el príncipe Enrique, seguido de sus dos hijos, pese a que el hijo pequeño de Carlos III lleva ya varios años alejado de cualquier labor formal como miembro de la familia real británica.

La monarquía se mantiene como opción prevalente en Reino Unido en las preferencias de los ciudadanos sobre la jefatura de Estado. Un 45 por ciento creen que es la mejor opción, frente al 31 por ciento que aboga por un líder electo, según una encuesta publicada en octubre por la firma YouGov y que sitúa en el 24 por ciento la proporción de quienes no tienen opinión formada.

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