Los agricultores franceses amenazan con alargar sus protestas. En pie de guerra, en su amenaza de bloquear París, quienes continúan en la lucha mantienen las barricadas en algunos de los accesos a la capital francesa, donde muchos han pasado la noche. Mientras, el Gobierno de Emmanuel Macron presenta sus nuevas medidas para frenar al sector.
“Iremos más lejos cada vez”, advierten algunos agricultores, que insisten en la mejora de la situación en el campo y la introducción de cambios en la normativa agraria.
Aunque la cifra de implicados en las protestas ha ido disminuyendo desde el pasado viernes, en el que se cifraron en 113 los bloqueos y en 17.500 los agricultores movilizados en todo el país, insisten en que no van a ceder en el pulso al Gobierno.
No en vano, a esta ‘revolución’ que amenaza con bloquear París se han sumado también otros sectores como el de los ganaderos o incluso los taxis, que también se han unido a su causa para expresar su malestar.
Entre todos, mantendrán el asedio hasta que Macron los escuche. En dos semanas, le han doblado el pulso al Gobierno con las ayudas al diésel agrícola. Han conseguido que se mantenga, pero quieren más: control de precios, menos impuestos y el fin de las leyes medioambientales que, según ellos, son mucho más duras en Francia que en otros países con los que su gobierno firma tratados de libre comercio.
Del mismo modo, denuncian que su regulación de productos fitosanitarios es la más dura de toda la Unión Europea: "He estado ganando 500 euros al mes durante los últimos cinco años", señala ante las cámaras un joven, --ilustrando el malestar que reina entre todos--, al volante de su tractor,
Ahora, están dispuestos a aparcarlos a las puertas del mismísimo Elíseo si es necesario. Hasta allí llevarán sus bocinazos si hace falta.
En este escenario, los bloqueos y las protestas de los agricultores han provocado también, además de importantes pérdidas económicas, grandes dificultades entre los transportistas también en la frontera con España.
Desde la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) lamentan que ni el Gobierno ni el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible han respondido a la llamada urgente del sector respecto a las protestas, denunciando sus graves efectos.
"Lamentamos profundamente esta falta de respuesta por parte del Gobierno español, del que hasta la fecha desconocemos qué tipo de acciones pueda o no estar realizando. La ausencia de declaraciones públicas de apoyo y condena hacia estos actos ha generado una creciente inquietud entre muchos de nuestros miembros, que se sienten desamparados en una situación cada vez más tensa", declaraba ayer el vicepresidente ejecutivo de Astic, Ramón Valdivia, quien también exponía los daños que está provocando en el sector.
"Las protestas están provocando pérdidas millonarias, no solo a las propias empresas transportistas españolas, sino también a compañías de muchos otros sectores económicos que se ven indirectamente afectadas por estos disturbios al no poder enviar o recibir productos de toda clase; desde neumáticos y productos químicos hasta productos textiles o alimentarios; estos últimos de carácter perecedero, con lo que este hecho implica en la demora de su transporte", denunciaba.
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