Los agricultores están en pie de guerra. Hoy en Francia amenazan con bloquear París y se espera un ‘viernes negro’. Con la tensión y la crispación aumentando por momentos, el Gobierno recomienda evitar viajar por las carreteras francesas si no es necesario.
Las movilizaciones han ido adquiriendo cada vez más y más fuerza, con distintos sectores, como también el de los ganaderos, impulsando la lucha por mejorar la situación en el campo.
De hecho, los sindicatos han hecho un llamamiento para que a la protesta se sumen aún más efectivos, extendiendo el alcance de sus acciones, que están dispuestas a bloquearlo todo y alcanzar a hasta 85 departamentos franceses.
En estas circunstancias, las marchas ya han obligado a cortar la AP-7 en la frontera entre España y Francia por La Jonquera, mientras las autoridades francesas han cortado también en ambos sentidos la autopista A-9 en El Pertús.
A la espera de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anuncie medidas para intentar atajar la situación, la tensión sigue escalando, y también desde España se mira con preocupación.
En una carta al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, los transportistas han pedido al Gobierno la intervención inmediata para que el Ejecutivo galo garantice la seguridad de los conductores españoles y la integridad de las operaciones comerciales ante las nuevas protestas de los agricultores.
"Esto no solo genera retrasos y pérdidas económicas, sino que también pone en riesgo la seguridad de nuestros conductores y la integridad de nuestras operaciones", ha subrayado la secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE), Nuria Lacaci, haciendo fuerza con la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic).
El descontento de los agricultores, no obstante, no es ni mucho menos exclusivo de Francia, que con sus férreas y decididas protestas están visibilizando todavía más el problema. En Países Bajos, --uno de los países donde empezó toda esta revuelta en el campo--, el descontento también persiste: el Gobierno plantea cerrar hasta 3.000 granjas para reducir las emisiones de efecto invernadero.
Concretamente, el Ejecutivo las responsabiliza de emitir la mitad de emisiones de nitrógeno en el medioambiente, y con esta medida, denuncian los agricultores, muchos van a estar obligados a cerrar su granja y su modo de ganarse la vida, pese a las dificultades que de por sí enfrentan.
En Países Bajos, además, el movimiento del campo ya ha provocado la creación de un partido político; un movimiento que se ha extendido en toda la Unión Europea. De hecho, es un problema ya europeo, y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen es consciente de ello: ayer recibió a los agricultores con el objetivo de intentar calmar un poco las aguas porque estamos a cuatro meses de las elecciones europeas y el campo va a tener que decir mucho en estos comicios.
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