Confusión en torno al derribo de un avión militar en Rusia, el derribo ha sido grabado con un teléfono móvil en la región de Bélgorod. Los ucranianos dijeron en un principio que transportaba misiles, pero las autoridades rusas aseguran que llevaba 65 prisioneros de Guerra ucranianos que iban a ser intercambiados por militares rusos.
Moscú responsabiliza directamente a Kiev de esos ataques, sostiene que usó tres misiles suministrados por Occidente, y Kiev no descarta su autoría.
La única prueba del incidente a la que podemos tener acceso nos muestra cómo el avión de transporte ruso se estrella en la región de Bélgorod, muy cerca de la frontera con Ucrania.
Tras la enorme explosión, las autoridades rusas confirman que no hay supervivientes y rápidamente denuncian que ha sido derribado por misiles ucranianos donados por occidente.
Además, un miembro de la Duma rusa no tarda en revelar que dentro del avión viajaban 9 tripulantes rusos y 65 prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser intercambiados. En tiempo récord, publican la lista de fallecidos, y el Kremlin utiliza el incidente para acusar a Ucrania de matar a su propia gente a sangre fría.
Tras horas de confusión, el ministerio de Defensa ucraniano admite haber derribado el avión con sus misiles al creer que transportaba armamento, no a sus propios soldados. Kiev sospecha que ha caído en una trampa, y denuncia que el ministerio de Defensa ruso no comunicó que ese avión transportaba a soldados presos que iban a formar parte del intercambio, lo que suele ser habitual en estos casos para solicitar el cierre del espacio aéreo.
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha anunciado este miércoles que los representantes rusos ante Naciones Unidas han solicitado una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el accidente de avión en Bélgorod, del que Moscú responsabiliza a las Fuerzas Armadas ucranianas.
Según ha detallado Lavrov --de visita en Nueva York precisamente para asistir a la sesión del Consejo-- la parte rusa ha presentado una solicitud para celebrar una reunión extraordinaria esta noche, y ha instado a Francia, que ostenta la presidencia de turno del Consejo de Seguridad, a programar la reunión lo antes posible.
"No me gustaría que se repitiera la historia de 2022, cuando después de la puesta en escena de Bucha (...) la presidencia británica se negó a convocar una reunión de este tipo durante tres días", ha manifestado ante la prensa el encargado de la diplomacia rusa, según recoge la agencia de noticias TASS.
Más tarde, el representante adjunto de Rusia ante Naciones Unidas, Dimitri Polianski, ha informado de que la presidencia francesa del Consejo de Seguridad de la ONU ha rechazado celebrar dicha reunión este miércoles, y la ha programado para el jueves en un intento por "dar tiempo a su clientela ucraniana".
"Como era de esperar, la presidencia francesa eligió en enero el camino de abusar de sus poderes como presidente del Consejo de Seguridad y se niega a satisfacer nuestra demanda de una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con el ataque terrorista del régimen de Kiev contra nuestro avión", ha dicho.
En una publicación en su canal oficial de Telegram, Polianski ha acusado a la representación francesa ante Naciones Unidas de dar este paso en un intento por "ganar tiempo y dar tiempo a su clientela ucraniana para que presenten al menos una explicación más o menos plausible de lo que está sucediendo".
En este contexto, el representante adjunto de Rusia ante Naciones Unidas ha señalado que es "una lástima" ver como la "otrora gloriosa diplomacia francesa" ha devaluado su prestigio hasta tal punto de llegar a ser "un fraude" e "insignificante".
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