La tensión y la escalada de violencia continúa en Ecuador. El crimen organizado mantiene su pulso y ya son 178 los funcionarios tomados como rehenes en los motines. Los delincuentes ya controlan siete cárceles del país y la preocupación se extiende también por los países fronterizos. En Perú hay miedo a que se repita una situación similar y por eso han redoblado el control de sus prisiones. Todo mientras el fugado líder de ‘Los Lobos’ ha reaparecido para decirle al presidente ecuatoriano que está dispuesto a entregarse, pero que “garantice” su vida.
Con la crisis carcelaria agravándose, el apodado como ‘El Salvaje’, Fabricio Colón Pico, cabecilla de ‘Los Lobos’ en Pichincha, lanzaba un mensaje: “Hoy, 11 de enero, hago este vídeo para que el señor presidente lo vea y la ciudadanía. Yo no tengo nada que esconder, yo me quiero entregar señor presidente”, comienza a expresar, para referirse a continuación a su desaparición de la cárcel en Riobamba, situada a 216 kilómetros al sur de la capital, Quito.
“Yo me fugué porque me dijeron que me iban a matar, mi vida corre peligro, no por otro motivo”, subraya, pidiendo a continuación ayuda al propio presidente ecuatoriano, Daniel Noboa.
“Entienda señor presidente, usted garantice mi vida, que no me va a pasar nada, y yo me entrego. Le repito porque yo no tengo nada que ver con lo que se me está acusando”, señala en el vídeo, que no ha tardado en propagarse y dar la vuelta al mundo, con la comunidad internacional mirando con preocupación al desarrollo de los acontecimientos.
Por su parte, el propio Noboa ha contestado con contundencia, dejando claro que “las condiciones no las ponen los terroristas”.
Al mismo tiempo, el presidente ecuatoriano ha anunciado también nuevas prisiones “de máxima seguridad” para poner fin a la crisis de seguridad que sufre el país.
Mientras tanto, en Perú extreman también la seguridad en las cárceles, temerosos de que el conflicto se replique también en su país. Una a una, revisan todas las celdas tras decretarse el estado de emergencia en cinco regiones fronterizas con Ecuador.
“Se trata de un operativo que se viene realizando en los 68 establecimientos penales a nivel nacional", detallan las autoridades peruanas.
Así, miles de reclusos están siendo objeto de revisiones para confiscar armas y drogas: “Tenemos la seguridad de nuestro lado y no tenemos ningún impedimento para controlar a la población penal”, aseguran.
Así, el objetivo es evitar que se produzcan motines de grupos criminales como en el país vecino, y en este sentido la propia presidenta peruana, Dina Boluarte, llama a la calma: “Nuestra frontera está protegida", asegura.
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