Aumenta la presión sobre los aviones Boeing 737 Max 9 después de que el viernes uno de sus aparatos operado por Alaska Airlines registrase un reventón de su fuselaje. Tras lo ocurrido, la Administración Federal de Aviación (FAA) dio la orden de paralizar todos los vuelos en territorio nacional de estas aeronaves y, el lunes, la compañía cayó un 6,7% en la Bolsa de Nueva York, hasta los 232,21 dólares (21.167 euros) por acción. Ahora, tanto Alaska como United Airlines han detectado “algunos componentes sueltos”.
En un comunicado, Alaska Airlines, que tiene 65 aviones Boeing 737 Max 9, ha trasladado que sus técnicos han detectado "algunos componentes sueltos", sin detallar más resultados sobre una "inspección minuciosa" que se realizará según los requisitos de Boeing y de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, United Airlines, que cuenta con 79 aviones de este tipo en su flota, ha comunicado que ha encontrado tornillos sueltos en sus aviones Boeing 737 Max 9. "Desde que empezamos las inspecciones preliminares el sábado, hemos encontrado casos que parecen estar relacionados con problemas de instalación en el panel de la puerta: por ejemplo, tornillos que necesitaban ajuste adicional", ha señalado la aerolínea.
Cabe recordar que el viernes, un avión Boeing 737 MAX 9 tuvo que hacer un aterrizaje forzado a 4.800 metros de altitud durante un trayecto desde Portland (Oregón) a Ontario (California), tras desprenderse un panel de salida provocando una rápida descompresión de la cabina.
La gravedad de este accidente llevó a la decisión de paralizar de forma inmediata todos los vuelos de los Boeing de este modelo en EEUU para su posterior inspección y aplicación de medidas de corrección oportunas.
En Europa, la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) aseguró que los Boeing 737 MAX 9 que operan en el continente no están inmovilizados y pueden seguir volando. Argumentaron que no hay ninguna compañía aérea de un Estado miembro de la AESA que opere aeronave con la misma configuración que la del accidente.
"En la configuración específica a la que se refiere la directiva, la salida del centro de la cabina se sustituye por un panel enchufable. Esta configuración la adoptan normalmente las compañías aéreas que realizan operaciones de baja densidad en las que esta salida adicional no es necesaria para cumplir los requisitos de seguridad de evacuación", explicó AESA en un comunicado.
Boeing, por su parte, señaló el mismo viernes tras el incidente que el fabricante del panel afectado, Spirit AeroSystems, se encuentra trabajando para recopilar más información y está en contacto con la aerolínea cliente, además de disponer de un equipo técnico listo para apoyar la investigación. "Estamos de acuerdo y apoyamos plenamente la decisión de la FAA de exigir inspecciones inmediatas de los aviones 737-9 con la misma configuración que el avión afectado", añadió en el comunicado.
Además, Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NSTB, por sus siglas en inglés), dijo en una rueda de prensa en Portland que se ha iniciado una investigación para encontrar qué causó que se desprendiese la puerta en pleno vuelo. En este sentido, explicó que su hallazgo en un patio trasero de una vivienda ayudará a dar con la causa.
Lo ocurrido ha hecho que Boeing caída un 6,7% en la Bolsa de Nueva York, hasta los 232,21 dólares (21.167 euros) por acción. También Spirit AeroSystems registró una gran caída en el valor bursátil del 8% y las acciones de Alaska Airlines alcanzaron un descenso por encima del 2%.
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