El sector aeronáutico vuelve a poner en cuestión la seguridad del Boeing 737 Max tras el último incidente registrado anoche en Estados Unidos. Por causas desconocidas, una de las puertas adicionales de emergencia de uno de estos aparatos saltó por los aires en pleno vuelo comercial.
Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas y el piloto pudo regresar a pista tras este incidente nada más despegar.
Sobrecoge el zumbido ensordecedor pero sobre todo la calma con la que el pasaje vuela sin una parte del fuselaje del avión.
De noche y con el vacío a sus pies más cerca que nunca. "No estaba asustada" y "nadie gritaba", dicen dos de las 177 personas a bordo de este Boeing 737 Max 9 de la compañía Alaska Airlines.
Había despegado a las 17:00 horas de la tarde de este viernes desde Portland, al noroeste de Estados Unidos, con dirección a Ontario, en California. Unos minutos después, a casi 5.000 metros de altura, saltaba por los aires bajo un gran estruendo y por causas que aún se desconocen uno de los módulos reservados como puerta de emergencia adicional en la mitad del aparato.
"Ni mi máscara de oxígeno ni la más cercana funcionaron", se queja este otro pasajero que, como el resto, vive para contarlo. Afortunadamente no había nadie sentado junto al módulo desaparecido.
La violenta despresurización se puede observar en el asiento más cercano y desplazado hacia delante. La aerolínea ya ha inmovilizado sus 65 modelos de esta aeronave, que ya estuvo 18 meses sin poder volar, entre 2019 y 2020, por otros problemas de seguridad registrados tras dos accidentes con más de 300 muertos.
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