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Tres sospechosos han sido arrestados este domingo en relación con un ataque terrorista planeado contra la catedral de Colonia mientras Alemania se prepara para unas celebraciones de Nochevieja que la Policía teme que puedan volverse violentas en Berlín.
Poco antes de Navidad, los agentes recibieron información sobre un complot islamista planeado contra la catedral, y se consideraba que en la última noche de 2023 era un posible objetivo. El pasado mes de octubre, el aeropuerto de Hamburgo estuvo cerrado temporalmente por la amenaza de atentado en un vuelo procedente de Irán.
Precisamente, una persona ya fue arrestada el pasado 24 de diciembre por este motivo, pero se han realizado más arrestos en el mismo estado de Renania después de que la Policía descubriese que formaba parte de una red más grande. También se han registrado viviendas.
El ataque planeado se iba a llevar a cabo con un coche, ha explicado el jefe policial de Colonia, Johannes Hermanns, en una conferencia de prensa. Alrededor de 1.000 agentes se encuentran de guardia en los alrededores de la catedral.
El ministro del Interior de Renania, Herbert Reul, ha calificado de "éxito" la operación, apuntando a los "extremistas islamistas, que siempre han estado activos, pero actualmente lo están más de lo habitual". La Policía de Berlín teme que se repitan los disturbios que empañaron las festividades del año pasado.
Por ello, alrededor de 4.500 policías de la capital y de otros estados federados están de servicio en Berlín, y la gran fiesta de Nochevieja en la Puerta de Brandeburgo ya está abierta en medio de estrictos controles de seguridad.
Los fuegos artificiales son otro motivo de preocupación para las autoridades policiales. Especialmente, Berlín tiene la tradición de lanzar fuegos artificiales en pequeños grupos desde la calle, lo que en ocasiones provoca violencia o lesiones.
Así, este pasado sábado, un hombre en Berlín perdió la mano después de lanzar un fuego artificial. La víctima, de 40 años, encendió el cohete en su terraza de un bungaló y le explotó en la mano, siendo trasladado al hospital. Según las primeras conclusiones, el fuego artificial era un cohete reservado para uso profesional y en su domicilio se encontró más material pirotécnico, que también fue confiscado.
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