Armand, el terrorista de París estuvo en la cárcel y tuvo conexión con el decapitador del profesor Samuel Paty

Un ataque terrorista cerca de la Torre Eiffel acabó con la vida de un joven de 23 años de origen alemán y filipino, y dejó heridas a otras dos personas, el pasado sábado por la noche. El autor del atentado, Armand Rajabpour-Miyandoab, un ciudadano franco-iraní de 26 años, ya había sido condenado por terrorismo en 2018, por formar parte de una “asociación criminal terrorista” vinculada a Dáesh.

Según el Ministerio del Interior, el agresor había recibido tratamiento psiquiátrico desde que salió de prisión en 2020. Al ser arrestado, admitió que su acción estaba motivada por la guerra en Gaza, y expresó su rechazo a la muerte de civiles musulmanes y a la complicidad de Francia con Israel.

Numerosos yihadistas en las cárceles francesas que serán liberados

No es el primer caso de un radicalizado que comete un ataque tras salir de la cárcel. Chérif Kouachi, uno de los responsables de la masacre en Charlie Hebdo, también había sido sentenciado por terrorismo nueve años antes de asesinar a 11 personas.

Francia se enfrenta al desafío de tener a numerosos yihadistas en sus cárceles que serán liberados en los próximos años, y el atentado reciente ha puesto de relieve la urgencia de mejorar los métodos de seguimiento de los terroristas tras su salida.

A pesar de que Rajabpour-Miyandoab estaba bajo vigilancia de las autoridades, no hizo nada sospechoso en los seis meses posteriores a su liberación, según el semanario L’Obs. Sin embargo, el 19 de octubre de 2020, tres días después del asesinato del profesor Samuel Paty por el yihadista checheno Abdulak Andzorov, el joven franco-iraní se presentó voluntariamente en la comisaría de La Défense, en París.

Allí confesó haber tenido contacto con el terrorista checheno por Twitter dos semanas antes del atentado. Aunque dijo haberse desradicalizado, había publicado en la red social un video de un cántico salafista de Dáesh. También reveló haber mantenido conversaciones privadas con el asesino de Samuel Paty. Su mediador religioso y su psicólogo le recomendaron que acudiera a la Policía. Según los informes, Rajabpour-Miyandoab se declaró un ferviente “anti-islamista, sea radical o no radical”, igual que cuando fue detenido cuatro años antes. Ese mismo día fue puesto en libertad, según señala el diario La Razón.