El jefe político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, declaró este martes que se está cerca de lograr un posible acuerdo de tregua con Israel.
Según un comunicado publicado en el canal de Telegram de Hamás y recogido por el diario ‘Al Quds’, Haniye dijo: “El Movimiento (de Resistencia Islámica) ha dado su respuesta a los hermanos de Qatar y a los mediadores, y estamos cerca de alcanzar un acuerdo de tregua”.
Estas palabras fueron respaldadas por Izzat al Rishq, un alto cargo de Hamás, que confirmó el progreso de las negociaciones, y agregó que los pormenores del pacto serán revelados por Qatar y Egipto.
Pese a las afirmaciones del Gobierno israelí de “no dar credibilidad” a las informaciones de los medios sobre un eventual pacto, y de resaltar que informará oficialmente al público si se alcanza un acuerdo, se prevé que el pacto incluya la liberación de unos cincuenta niños y mujeres a cambio de unos cien presos palestinos. Asimismo, se prevé una tregua de cinco días en los enfrentamientos, durante la cual Israel no podría usar sus drones de vigilancia.
Israel ha cometido crímenes de guerra que han causado una destrucción masiva sin precedentes. La Franja de Gaza ha quedado arrasada por los ataques aéreos israelíes, que se pueden apreciar en las imágenes satelitales. Barrios enteros y numerosos edificios han sido aniquilados, sobre todo en el tercio norte donde se encuentra la capital.
Es un nivel de destrucción inédito en el conflicto palestino-israelí hasta la fecha, que lleva ya un siglo. El Departamento de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Hamás, citado por la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), informa que el 45% (222,000) de las viviendas en Gaza han sido dañadas, y el 20% (41,000) destruidas totalmente.
Las imágenes y los testimonios de los residentes y los periodistas que están en el terreno muestran una situación que impedirá a cientos de miles de personas volver a sus casas después de la guerra.
El ejército del país colono avanza, usando aviones y buldóceres, para demoler cualquier edificio que "pueda ser usado" por los milicianos para lanzar granadas, proyectiles antitanque o disparar con rifles. También ataca los lugares donde cree que hay armas o entradas a túneles.
Un periodista israelí que acompañó a las tropas la semana pasada dijo que en Beit Hanun, una ciudad en el extremo noreste de Gaza que tenía 50,000 habitantes, no quedaba ningún edificio habitable en pie.
Israel parece seguir una doctrina oficiosa llamada Dahiya, por el nombre del bastión de Hezbolá en las afueras de Beirut que Israel bombardeó sin parar en la guerra de 2006. Esta doctrina consiste en usar una fuerza desproporcionada para causar daño y destrucción en las infraestructuras y dañar a la población civil como forma de disuasión, según lo defendió Gadi Eizenkot, que entonces era el responsable del frente norte del ejército israelí y luego fue jefe del Estado Mayor.
Ahora, Eizenkot es uno de los cinco hombres que forman el gabinete de guerra, junto con el primer ministro Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y su antecesor Benny Gantz. Eizenkot y Ron Dermer, mano derecha de Netanyahu, actúan como observadores.
Los ataques israelíes han matado a más de 13,000 personas en la Franja de Gaza, incluyendo a 5,500 niños.