Estados Unidos ha asegurado que Israel, tras cumplirse esta semana un mes de guerra, ha accedido a permitir "pausas humanitarias" diarias de cuatro horas en el norte de Gaza para consentir la salida de civiles.
Dichos periodos, según ha indicado el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, han comenzado este jueves, 9 de noviembre, y durante los mismos "no habrá operaciones militares".
Kirby ha reconocido que sigue habiendo "preocupación" sobre la posibilidad de que el grupo islamista palestino Hamás trate de impedir la salida de civiles. En cualquier caso, ha hecho un llamamiento para que los civiles traten de salir de las zonas "activas" del conflicto, considerando además "crucial" que la ayuda humanitaria se extienda a las zonas a las que se trasladan esas personas.
El portavoz de la Casa Blanca ha recordado que las pausas en el sur de Gaza han posibilitado la salida de miles de personas y la entrada de ayuda humanitaria, pero esta tiene que aumentar. Valora así que 106 camiones hayan entrado al sur de Gaza por el paso de Rafah en Egipto, pero espera que esta cifra se eleve cuanto antes.
"Necesitamos ver más y necesitamos ver más pronto", puntualiza Kirby, quien considera que deberían entrar al día 150 camiones de ayuda humanitaria y, aunque haya días que no sea posible, ese debería ser, al menos, el objetivo.
Kirby apunta que Israel lucha contra un enemigo -las milicias de Hamás- que está "incrustado en la población civil, utilizando hospitales e infraestructuras civiles en un esfuerzo por protegerse" y que pone en un riesgo mayor al "inocente pueblo palestino".
Asimismo, insiste en que Israel tiene "la obligación de cumplir plenamente el Derecho internacional" y cree que estas pausas humanitarias son "un paso en la dirección correcta porque buscan que los civiles tengan "la oportunidad de llegar a zonas más seguras".
Preguntado por si estas pausas forman parte de un acuerdo más amplio que conllevaría la liberación de rehenes, Kirby señala que no iba a "negociar" en público. Sin embargo, ha subrayado que Washington sigue trabajando con sus aliados en la región para tratar de liberar a los rehenes.
Las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza han informado este jueves de la muerte de al menos 10.818 personas, como consecuencia de los bombardeos israelíes sobre el enclave palestino, en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre.
El Ministerio de Salud de Gaza ha detallado en su último balance que, de esos más de 10.800 muertos, hay 4.412 niños, 2.918 mujeres y 667 ancianos, mientras que la cifra de heridos ha ascendido hasta los 26.905.
El portavoz del Ministerio de Salud, Ashraf al Qidra, ha denunciado que en las últimas 24 horas, las fuerzas israelíes han cometido una veintena de masacres, dejando un balance luctuoso de 249 víctimas.
Al Qidra ha apuntado también que 2.650 personas siguen atrapadas bajo los escombros, entre las cuales hay unos 1.400 niños, informa la Oficina de Información de Palestina. El portavoz ha subrayado que atacar civiles va en contra del derecho y las leyes internacionales, entre ellas las resoluciones de Naciones Unidas.
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