En un local de comida palestina en Granada han colgado un pequeño cartel improvisado sobre la hoja de un cuaderno. "Hoy el ejercito israelí ha asesinado a la familia de nuestro compañero", reza el letrero. Se refiere a Ahmed, el camarero de este local que acaba de saber que una bomba se ha llevado la vida de sus tres sobrinos de 18, 16 y 13 años.
"Eran como mis hijos", dice a Informativos Telecinco. Ahmed los acababa de visitar este verano durante el mes de julio en un viaja a su tierra. Saca del móvil una foto de los tres, aún no se lo puede creer, la distancia no ayuda a asumir el duelo, tampoco el hecho de que las comunicaciones con su familia se hayan cortado.
Hasta donde sabe, sus sobrinos, su cuñada y sus padres se habían refugiado juntos en el sótano de su casa cuando escucharon aproximarse los ataques, pero de nada sirvió esconderse. Sus tres sobrinos murieron, su cuñada está en el hospital sedada y sin poder hablar y de sus padres hace horas que no sabe nada.
En un primer momento le dijeron que estaban vivos y se los llevaban al hospital con su cuñada. "Temo por ellos porque son muy mayores, tienen más de 80 años", dice Ahmed que no consigue contactar por teléfono ni por Internet con nadie de su familia en Palestina.
Ahmed llegó a España hace siete años, no huía de nada, buscaba un futuro que encontró en Granada. Aquí estudia y trabaja de camarero en un local de comida palestina. Además tiene un local con otro socio. Hoy los dos negocios están cerrados en señal de duelo. "Estoy nervioso, no se qué hacer", dice el joven palestino, "hay muchas palabras en mi cabeza, pero no se qué decir".
Mañana Ahmed abrirá de nuevo el negocio y quitará de la puerta ese cartel improvisado en la hoja de un cuaderno que a 5.000 kilómetros de distancia acababa diciendo: "La injusticia es realidad y como ven llega a todos lados".
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