El peor tiroteo masivo de la historia de EEUU ocurrió en las Vegas Strip en 2017: 58 personas murieron

El mundo acaba de ser testigo de otro horrendo episodio de violencia en Lewiston, Maine, Estados Unidos, donde al menos 22 personas han perdido la vida y entre 50 y 60 resultaron heridas en una serie de tres tiroteos perpetrados por un único atacante. Este hecho luctuoso, sin embargo, no es el más sangriento que ha sufrido Estados Unidos por culpa de las armas de fuego.

Ese triste récord lo ostenta el tiroteo masivo que tuvo lugar el 1 de octubre de 2017 en el famoso Strip de Las Vegas. Ese día, un hombre de 64 años disparó contra una multitud de 22,000 personas que disfrutaban de un festival de música country. Este ataque causó la muerte de 59 personas y dejó a 867 heridas, casi 500 de ellas por impactos de bala. Fue el acto terrorista con más víctimas desde los atentados del 11-S.

¿Qué llevó a Stephen Paddock a cometer el ataque?

El autor de la masacre, identificado como Stephen Paddock, se alojó en el hotel Mandalay Bay una semana antes del evento. A pesar de las medidas de seguridad del hotel, Paddock consiguió instalar cámaras en los pasillos para vigilar los movimientos y calculó cuidadosamente los ángulos de disparo desde su habitación en el piso 32. En un acto de pura violencia, disparó ráfagas de balas desde las ventanas hacia la multitud, que al principio no entendía la magnitud del ataque, lo que le permitió infligir más daño antes de ser detectado.

En su habitación se hallaron 23 armas de gran potencia, junto con cientos de cargadores y miles de balas. Aunque la venta de armas automáticas está prohibida para civiles en Estados Unidos, Paddock había modificado las armas para hacerlas semiautomáticas y realizar disparos rápidos. Además, se encontraron restos de material para hacer explosivos en su vehículo.

Las investigaciones posteriores no pudieron determinar un motivo claro para el ataque. Aunque se descartaron vínculos con grupos terroristas, se determinó que Paddock estaba pasando por una mala situación personal y económica debido a su adicción al juego. Antes de suicidarse, decidió cometer un acto atroz que quedaría grabado en la memoria colectiva.

Este trágico evento provocó un incremento significativo en las medidas de seguridad en los eventos públicos en Las Vegas. El hotel Mandalay Bay clausuró las habitaciones ocupadas por Paddock y cambió el número del piso para evitar el morbo de los turistas. A pesar de estas precauciones, el festival de música country que fue el escenario de esta tragedia nunca se volvió a celebrar, dejando una huella imborrable en la ciudad y en la historia de Estados Unidos.