El canciller alemán Olaf Scholz y el resto de la delegación germana han sido testigos directos de los constantes ataques y la continua tensión existente tras el estallido de la guerra entre Hamás e Israel. Ha sido en pleno aeropuerto de Tel Aviv, donde el sonido de las alarmas que avisaban de ataques con misiles desde Gaza han provocado que, siguiendo los protocolos de seguridad, pusiesen literalmente cuerpo a tierra.
Scholz y su delegación se bajaron rápidamente de la aeronave en la que llegaron y quedaron tendidos en el suelo del aeródromo, inmóviles a la espera de poder desplazarse después hasta un refugio antiaéreo hasta que pasase el peligro.
El canciller alemán había viajado a Israel para trasladar su apoyo al país después de la ofensiva iniciada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el pasado 7 de octubre, cuando sus agentes realizaron un ataque sorpresivo que terminó de detonar la guerra.
El avión con la delegación alemana tenía previsto despegar rumbo a la capital de Egipto, El Cairo, pero se vieron obligados a interrumpir sus planes, desembarcando de emergencia tras la amenaza aérea.
Antes de este suceso, cuyas imágenes ya han dado la vuelta al mundo, Scholz, en una rueda conjunta junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recalcó que Berlín “debe garantizar la existencia de Israel” en respuesta al Holocausto y a la “propia historia de Alemania”.
Así, en su discurso instó a otros países de la zona a evitar "entrar en este conflicto", algo que ha calificado como un "error imperdonable"
"En momentos así, Alemania no tiene otra opción más que estar con Israel", recalcó, subrayando que "Israel tiene derecho a defenderse y a luchar contra el terrorismo de acuerdo con el Derecho Internacional”.
“Todos los países tienen el derecho de proteger a sus ciudadanos", recalcaba, insistiendo ante Netanyahu que Berlín “siempre estará con Israel” para ofrecerle su apoyo.