Ucrania ha sufrido este jueves un nuevo bombardeo masivo del Ejército de Rusia. Uno de ellos se producía en una zona residencial del centro del país. Las tropas de Putin han lanzado 43 misiles contra varias ciudades ucranianas, que se han cobrado al menos la muerte de seis civiles y una veintena de heridos. Estamos ante la oleada de ataques más extensa de las últimas semanas.
Rusia llevaba casi todo el verano reservando ese tipo de misiles para atacar justo ahora, a poco de que comience la temporada de calefacción, el ya tocado sistema energético ucraniano. Siete de esos 43 misiles lanzados consiguieron su objetivo. Mientras, a ras de suelo, en el frente de batalla, a Ucrania le está costando carísimo cada metro de terreno que consigue avanzar.
La tercera brigada de asalto de combate para reconquistar Bajmut, en la región de Donetsk. La batalla se dirige desde un búnker. Las imágenes de dron les permiten observar las escaramuzas, y alertar de las posiciones del enemigo: "Dispara, Fedia, están huyendo".
La unidad logra ganar metros, pero a un alto precio. Hay numerosas bajas: "Ha sido un impacto directo en nuestra trinchera. Un chico a muerto en mis brazos". La guerra no descansa. Se suceden los sobresaltos y hay que luchar contra el miedo. Al fin, dejando atrás numerosos cadáveres de soldados rusos, llegan a una población en ruinas. Tras izar su bandera, siguen hacia el siguiente objetivo.