Un nuevo caso de abuso policial pero esta vez no contra un delincuente sino contra un director de orquesta negro. Ha ocurrido en Alabama. El agente, que está siendo investigado, le disparó con una taser porque se negaba a hacer callar a su banda durante un partido de fútbol americano. De hecho, la banda escolar continúa tocando 18 minutos después del final del partido.
La policía subió a la grada para decirle al director que es hora de parar. El director contesta que es la última canción. Y a partir de ahí, la tensión se dispara porque un agente lo amenaza, directamente, con llevarlo a la cárcel. El director se indigna y con un gesto ordena a la banda que sigan tocando.
De pronto, las luces se apagan, los estudiantes gritan y la policía se lo lleva detenido. Lo acusan de haber empujado a un policía, algo que no se ve en ningún momento y que el director niega, "no he empujado a ningún policía". Finalmente, le piden que ponga sus manos en la espalda porque lo van a esposar cuando de pronto le disparan con una pistola taser, no solo una vez, sino dos, hasta que el director se desploma paralizado por el dolor. Ahora ha denunciado a la policía de Alabama por abuso de autoridad. Según él, más de 140 estudiantes estaban presentes y, en el vídeo, se pueden escuchar sus gritos durante el arresto.
El Departamento de Policía de Birmingham lo justificó alegando que Mims había cometido delitos de conducta desordenada, acoso y resistencia a la autoridad. Mims, sin embargo, pudo salir en libertad condicional tras pagar una fianza. Los cargos en su contra están ahora siendo evaluados por la división de asuntos internos del Departamento de Policía de Birmingham, encargada de esclarecer lo ocurrido.