Los países de la Unión Europea se resisten a tomar una decisión sobre la petición española de oficializar el uso del catalán, euskera y gallego en la Unión Europea hasta que no haya sobre la mesa un dictamen jurídico del Consejo de la UE sobre las consecuencias de la medida y un análisis de su impacto económico y práctico en el funcionamiento del bloque. una de sus promesas para comprometer el apoyo de los independentistas es el reconocimiento del catalán, el gallego y el euskera como lenguas oficiales de la Unión.
Así ha quedado patente tras 40 minutos de discusión en la reunión de ministros de Asuntos Generales de la Unión Europea celebrada en Bruselas y que ha concluido sin que el asunto se sometiera a votación, porque las delegaciones necesitan "más tiempo" para estudiar el asunto, han informado a Europa Press fuentes europeas.
Una veintena de ministros han tomado la palabra para expresar sus dudas y la presidencia de turno que ejerce España ha "tomado nota" de las posiciones de sus socios en la UE y anunciado que el Consejo "retomará el asunto en una reunión futura", sin aclarar los plazos, han señalado las fuentes.
El bloque independentista lleva décadas reclamando que la Unión Europea reconozca como idioma oficial el catalán, algo que ya trató de fomentar el PSOE durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero que fue rechazado por Bruselas ya que para ello había que modificar los tratados existentes. El último, firmado en Lisboa 2007, no hacía mención alguna al uso del catalán, por lo que no se reconoce como lengua oficial en la UE.
Actualmente existen 24 lenguas oficiales en la Unión Europea: el alemán, el búlgaro, el checo, el croata, el danés, el eslovaco, el esloveno, el español, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco. El último idioma en incorporarse fue el croata en 2013 con la adhesión del país balcánico a la Unión Europea, por lo que no hubo necesidad de modificar ningún tratado.
La posible introducción del catalán o el vasco abriría la puerta también a otros idiomas cooficiales en algunas zonas, como puede ser el sardo o el occitano, por lo que la promesa de Sánchez para llevar a cabo durante la presidencia rotatoria española, por tanto, tiene una puesta en práctica bastante compleja.
El ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Anders Adlercreutz, ha recurrido este martes en Bruselas al catalán para explicar que pese al compromiso con la diversidad lingüística es "demasiado pronto" para tomar una decisión sobre el reconocimiento del catalán, euskera y gallego como lenguas de la UE porque no se han resuelto las dudas sobre las consecuencias que tendría esta decisión.
"Hay que conocer las consecuencias de nuestras decisiones, así que hoy es demasiado pronto para tomar una decisión", ha dicho en catalán Adlercreutz a su llegada a la reunión de ministros de Asuntos Generales de la UE en donde España reclamará la oficialidad urgente para las tres lenguas cooficiales.