El debate de investidura en el que se escuchará el euskera o el catalán. Pero ya desde este martes, los diputados podrán hablar, por primera vez, en el Congreso todas las lenguas cooficiales. Hoy hemos visto todos los preparativos técnicos para un sistema de traductores muy parecido al que se utiliza en el Senado.
El Congreso de los Diputados ha estimado una previsión de 279.849 euros para costear los gastos derivados del uso de las lenguas cooficiales en los plenos que se celebren en la Cámara desde este martes hasta finales de año. A través de contratos menores (los que alcanzan un importe máximo de 15.000 euros) se va a contar con una bolsa de 12 traductores que, según han informado a EFE fuentes del Congreso, son trabajadores autónomos y los mismos que se encargan de las traducciones simultáneas en el Senado.
Estos profesionales homologados facturarán por servicio (entre 80 y 100 euros por hora, según algunas fuentes) y trabajarán en remoto, por lo que durante los plenos no estarán presentes ni en el hemiciclo ni ninguna otra dependencia del Congreso. Para el estreno este martes del uso del catalán, vasco y gallego en la Cámara Baja se contará con seis traductores, un número que en cada sesión puede variar en función de la necesidades.
En el Senado donde cada intérprete cobra 555 euros por día de pleno más dietas 735 y faltaría el desplazamiento. Actualmente, el Congreso cuenta solo con tres intérpretes, que traducen al inglés, francés y alemán.
El Congreso ha decidido alquilar los transmisores para posibilitar la traducción simultánea por un importe de 45.907,34 euros con cargo al contrato de servicio de mantenimiento y mejoras ya existente. Para seguir las sesiones ha comprado 450 auriculares de un oído con un coste de 7.671,79 euros que, junto a otros 200 de los que ya disponía el Congreso, serán distribuidos entre los diputados, los periodistas que estén en la tribuna de prensa y los invitados al hemiciclo. Los auriculares va por radiofrecuencia gracias a seis radiadores de alta eficiencia y un transmisor de infrarrojos digital. La señal del pleno irá directamente traducida a las televisiones, las cabinas de prensa y por "streaming" con el audio original y la voz del traductor por encima y con subtítulos en castellano. Dentro el hemiciclo habrá además dos pantallas, una situada en la barandilla de la tribuna de prensa y otra en la de invitados, para que los diputados puedan leer los subtítulos.
El Congreso también contratará, por un importe máximo de 8.469,99 euros, un servicio de transcripción al castellano de las intervenciones que se hagan en catalán, vasco y gallego para incluirlas en el diario de sesiones, que se publica exclusivamente en castellano.
La idea no es ampliar plantilla sino contratar personal externo, además de inversión técnica. Nada de cabinas, porque a diferencia del Senado, los traductores estarán fuera de las instalaciones, teletrabajando por streaming. Serán tres lenguas: Catalán, euskera, y gallego aunque los diputados podrán utilizar el bable, aragonés y aranés, pero con autotraducción.
En Bruselas se traducen hasta 24 lenguas y tienen 270 intérpretes en plantilla además de 1.500 traductores autónomos a acreditados porque hacen falta una media de 600 traductores por sesión con un sueldo de 4.900 euros mensuales.
El uso de las lenguas cooficiales en el Senado multiplicó por 14 su presupuesto dedicado a traducción. La transcripción se fija en 5,43 euros por minuto. Más, si se excede de las 7 horas.
Para este año, el presupuesto del Senado destinado a traducción e interpretación se sitúa en unos 280.000 euros, aunque el gasto es inferior al habitual debido a la disolución de las Cortes por las elecciones generales y porque no se ha convocado la Comisión de Comunidades Autónomas, para la que hay presupuestados otros 75.000 euros (355.000 en total).
Si el uso de las lenguas cooficiales se amplía en el Senado a todas las iniciativas y actividad de comisiones, algo pendiente desde septiembre de 2021, cuando lo aprobó el pleno a instancias de Junts per Catalunya, el presupuesto podría dispararse hasta los 950.000 euros, según cálculos de la formación independentista.
El Senado, que compró 400 pinganillos en 2011 por algo más de 4.500 euros e instaló cabinas bajo el hemiciclo principal, necesita siete traductores: tres para catalán y valenciano, dos para euskera y otros dos para gallego.
La inversión para el Congreso se prevé superior a la del Senado, ya que está integrado por 350 diputados frente a los 265 senadores que forman la Cámara Alta. Además, no solo se hablará catalán, gallego, euskera y valenciano, pues el diputado de Sumar por Asturias, Rafa Cofiño, ya ha adelantado que utilizará el bable en sus intervenciones.
El partido de Pablo Iglesias se sumó a ERC, Bildu, PNV, Junts, PDeCAT, Más País, Compromís, CUP y BNG en el Congreso para registrar una proposición no de ley (PNL) con el objetivo de instaurar las lenguas oficiales en las Cortes Generales y los tribunales y acabar con "la imposición legal exclusiva del castellano en la normativa estatal".