Antonio Nogales abraza a su hija con entusiasmo y alegría a su regreso a Huelva. Es uno de los muchos bomberos que han intervenido en las labores de rescate de personas tras el terrible terremoto sufrido en Marrakech, que ha dejado el triste balance de 3.000 muertos y mucha gente aún desaparecida. Ahora, han vuelto a nuestro país tras varios días de trabajo en la devastada nación africana.
Ha vivido en su propia piel el horror que acontece allí. Declara que la imagen es de "mucha destrucción", a pesar de que se ya se pueden vislumbrar "señales" de que el terreno "empieza a reconstruirse o a rehabilitarse". Él y su equipo han tenido que trabajar ininterrumpidamente durante tres días para poder localizar y salvar a cuantas personas vivas pudieran.
Para ello, han precisado la ayuda de perros de rescate y material de salvamento.
Cuando se le preguntó sobre si pensaba que no había suficiente actuación en la zona, Nogales detalló que se trataba de una zona "tan amplia que es muy difícil llegar a todas partes", pero recalcó que, a pesar de estas circunstancias y de que es un terreno que "necesita mucho trabajo para rehabilitar", "poco a poco llega la ayuda". Así, hay cada vez más esperanza de que toda la gente que vive en la zona pueda ir recuperando poco a poco la normalidad.