Las inundaciones en Libia han provocado una tragedia de dimensiones difíciles de calcular en estos momentos. El foco de la ayuda humanitaria mira ahora hacia ese país. El último balance de las autoridades aumenta a casi 7.000 el número de fallecidos y la cifra de desaparecidos ronda los 10.000.
Las aguas se van retirando en Libia y van dejando al descubierto las dimensiones de esta enorme desgracia. Los cadáveres están por todas partes, donde la corriente los ha ido dejando.
La Media Luna Roja ha logrado ya enterrar unos 2.000 cuerpos, un esfuerzo loable teniendo en cuenta la precariedad de medios.
Sobre el terreno advierten de que la cifra total de muertos seguirá subiendo, al mismo ritmo que el peligro de epidemias amenaza a los supervivientes.
Algunos han perdido hasta a muchos miembros de su familia como este hombre. Mientras, unos supervivientes están destrozados, otros logran mantener la entereza y la capacidad de encontrar las palabras para describir el nivel de destrucción.
"Toda esta ciudad ha sido aniquilada", asegura un vecino de Derna, el epicentro del desastre. En esa ciudad sobra barro y falta de todo, también equipos de rescate como varios grupos de voluntarios que vuelan ya desde España.