La isla italiana de Lampedusa ha registrado en sólo un día la llegada de más de 5.000 migrantes y refugiados, una cifra récord que refleja el repunte del flujo migratorio y que se ha teñido de luto en las últimas horas por la muerte de un bebé de cinco meses que perdió la vida tras el vuelco de la embarcación en la que viajaba junto a su madre.
El barco había partido desde la localidad tunecina de Sfax con más de 40 personas a bordo y volcó en plena operación de rescate, cuando la Guardia Costera se disponía a subir a bordo a los pasajeros. El niño cayó al agua en ese momento y la madre, de origen guineano y que viajaba junto a otros tres familiares, ha tenido que ser atendida por psicólogos.
Los primeros indicios apuntan que la embarcación volcó precisamente cuando los migrantes se juntaron en uno de los lados al atisbar el buque que acudía precisamente en su auxilio, según la cadena pública RAI.
La isla de Lampedusa es uno de los primeros destinos del sur de Europa con el que se topan las pateras que parten desde Libia o Túnez y sólo el martes recibió a 5.112 migrantes y refugiados. La tendencia se ha mantenido de madrugada, con cerca de una treintena de embarcaciones llegadas a la isla, en algunos casos con más de un centenar de personas a bordo.
Las instalaciones que habitualmente acogen a estos migrantes vuelven a estar colapsadas, con más de 6.000 personas este miércoles por la mañana, según la Cruz Roja italiana, que ha reconocido en redes sociales que la situación es "complicada".
El Gobierno de Italia, que ha abogado por endurecer la política migratoria para frenar este flujo, estima que en lo que va de año ya han arribado a sus costas más de 116.000 personas, según datos del Ministerio del Interior actualizados hasta el lunes. La cifra de fallecidos en el Mediterráneo central supera ya los 2.000, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)