Talat N'Yaaqoub, una pequeña ciudad y comuna rural de la provincia de Al Haouz de la región de Marrakech-Tensift-El Haouz, es la localidad más grande cercana al epicentro del terremoto que sacudió Marruecos el pasado sábado (aunque se han registrado más temblores). Esta aldea se ha convertido en el campo base de los equipos de rescate. La población ha quedado arrasada por el fuerte seísmo.
La destrucción en Talat N'Yaaqoub es prácticamente total. Era un punto de paso muy habitual de los turistas que visitaban los pueblos del Atlas. Tras los escombros todavía hay cientos de personas que no han sido rescatadas. La vida es imposible en la zona: no queda comida ni infraestructuras básicas. Lo que queda es un sentimiento de impotencia ante algo que les ha cambiado todo para siempre.
Se trata de una de las muchas aldeas que el terremoto ha borrado del mapa. Allí vivían 7.700 personas, como Mayour, un agricultor que hoy busca entre los escombros de su casa para ver si puede salvar algún objeto.
Él y su mujer se salvaron porque estaban cenando con unos amigos fuera. Ahora esperan el rescate de cinco miembros de su familia que yacen abajo de su vivienda. El agricultor cuenta que no saben de qué van a vivir ya que el motor económico del pueblo también ha desaparecido.
El zoco ha quedado arrasado cuando hasta hace cuatro días era un bullicioso mercado. Ahora no hay nada. Talat N'Yaaqoub es el epicentro del rescate, donde van llegando los heridos de aldeas remotas. Los más graves son evacuados en helicóptero, mientras las palas excavadoras se abren camino entre la catástrofe.