La tragedia del terremoto de Marruecos vista desde el aire mientras la búsqueda se hace con manos y mazas

Pedro Piqueras está viviendo en primera persona las consecuencias del terrible terremoto que ha golpeado a Marruecos para Informativos Telecinco. El balance de víctimas, aún provisional, es realmente insoportable: más de 2.500 fallecidos y cerca de 3.000 heridos. Para los que siguen atrapados bajo los escombros se acaba el tiempo. La búsqueda es frenética, los equipos trabajan contrarreloj en estas horas decisivas para encontrar supervivientes. Todo el mundo intenta ayudar pero la tragedia las supera.

Y es que como señala Pedro Piqueras, han pasado casi tres días desde que el terremoto golpeara brutalmente la zona sur de Marruecos. "Todos sabemos que este periodo de tiempo, setenta y dos horas, es clave para encontrar supervivientes. Son por tanto horas de mucho estrés en las que los grupos de rescate, militares y bomberos trabajan intensamente con ayuda de los perros. Entre ellos los equipos enviados desde nuestro país. Es una labor muy comprometida, no se permiten fallos. Lo fundamental es sacar con vida el mayor número de personas con el tiempo jugando a la contra. A veces ocurre también que hay casos de supervivientes que superan ese periodo de tiempo, pero esos casos no son lo habitual y se convierten en la la noticia más positiva, la mas celebrada después de tanta tragedia.

La tragedia asombra vista desde el aire

Una tragedia que asombra vista desde el aire donde se percibe como nunca la incontestable letalidad del terremoto. El efecto visual de montañas de arenisca naranja y roja, antes viviendas, paraliza a quienes aguardan en vilo .Son horas críticas. Sin un acceso seguro por carretera ni maquinaria pesada, solo los helicópteros pueden lanzar ayuda, trasladar a heridos y muertos lejos del epicentro mientras una enorme nube de polvo envuelve a los supervivientes.

Queda la determinación de los rescatistas. No ceden ni un milímetro. Taladran, se ayudan con mazas, pero el trabajo es casi todo a mano con las que se remueven escombros. Cuando encuentran un cuerpo lo envuelven en una manta, lo sacan en camilla. Hace más de 30 horas que aquí nadie regresa con vida.