Un colegio en Bulgaria siguió calificando a una niña que había muerto hace cuatro meses y que tampoco reflejó sus ausencias a clase. Maritza, de 12 años, había fallecido a causa de un ahogamiento el 25 de julio de 2022 al caer a un río con su mismo nombre, pero con escritura distinta (Maritsa).
A pesar de su prolongada ausencia, su escuela no activó el protocolo obligatorio existente que requiere que se notifique a las familias cuando un alumno falta más de cinco veces.
La escuela "Nayden Gerov", localizada en la urbe de Plovdiv, siguió calificando supuestos exámenes de la menor fallecida y continuó recibiendo fondos del estado para apoyarla hasta el 22 de noviembre.
Desde el colegio afirmaron que no se enteraron de la muerte de la niña hasta ese día, cuando algunos vecinos les informaron, tras lo cual procedieron a dar de baja a la alumna y a borrar las calificaciones falsas, aparentemente para encubrir la infracción.
Los medios locales acusaron a los responsables del centro de estudios de fraude, creyendo que intentaban seguir recibiendo los fondos de asistencia social del gobierno para apoyar a la estudiante, de etnia gitana, y aseguran que no es el único caso de un colegio búlgaro que oculta la ausencia de alumnos.
Después de descubrirse este caso, el Departamento Regional de Educación de Plovdiv optó por implementar un protocolo de control sistemático de la asistencia de los niños al colegio, que contempla reuniones anuales con los directores y la aplicación de sanciones cuando los estudiantes no asistan regularmente.