El rotativo Wall Street Journal (WSJ) reveló el último jueves que el accidente aéreo en el que fallecieron Yevgheni Prigozhin, el llamado “cocinero de Putin”, y otros seis directivos del grupo paramilitar Wagner, fue en realidad un atentado, según le confirmaron fuentes oficiales estadounidenses.
Las fuentes, que pidieron el anonimato, descartaron que el avión Embraer fuera derribado por un misil, y señalaron que la causa más probable fue una bomba colocada dentro de la aeronave o algún otro tipo de sabotaje. La misma versión fue ofrecida por otra fuente a la cadena CBS.
El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió una investigación exhaustiva del siniestro, y reconoció la labor de Prigozhin y Wagner en la lucha contra el “régimen neonazi” en Ucrania. Sin embargo, también admitió que Prigozhin había cometido “graves errores” en su vida.
Una fuente oficial británica, citada por el WSJ, fue más allá y acusó al servicio de inteligencia ruso FSB de estar detrás del asesinato de Prigozhin y sus socios.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el miércoles que no le sorprendía la noticia de la muerte de Prigozhin, y aunque no dio detalles, insinuó la responsabilidad de Putin: “No hay mucho que pase en Rusia en lo que Putin no esté detrás, pero no tengo suficiente información para saber la respuesta”.