La muerte de Yevgeny Prigozhin, líder del grupo de mercenarios Wagner y antiguo amígo de Vladimir Putin, no parece habere afecta mucho al presidente ruso. El mandatario aparecía en un acto en la ciudad de Kursk cuando ya se conocía la suerte que había corrido el conocido como 'el chef de Putin'.
El jefe de los Wagner engrosa ya la lista de todo aquel que ha molestado o que se ha atrevido a desafíar el poder del Kremlin. Imposble olvidar la imagen de un agonizante Alexander Litvinenko postrado en la cama de un hospital de Londres en 2016. El exespía y disidente ruso fue envenenado con Polonia 210, una sustancia altamente radioactiva, y acusó directamente a Putin antes de morir.
Otro exagente ruso también refugiado en Londres, Serguei Skripal, sobrevivió junto a su hija a un intento de envenenamiento con un agente nervioso de origen soviético identificado como Novichok. El mismo utilizado para intentar acabar con la vida de Alexei Navalni. El incómodo opositor ruso logró sobrevivir y en la cárcel encadena una condena tras otra.
El rostro desfigurado del entonces candidato a la presidiencia ucraniana Viktor Yushenko reveló otro intento de envenenamiento. Esta vez con dioxina. En la larga lista de enemigos de Putin asesinados hay opositores, empresarios o periodistas. Es el caso de Anna Poltovskaya, célebre por denunciar las atrocidades rusas en Chechenia.