Nuevo ataque de Ucrania al corazón de Moscú, capital de Rusia. Un dron había sido derribado por las defensas antiaéreas rusas y se precipitó en una zona no residencial. Los aeropuertos de la ciudad han tenido que ser cerrados durante varias horas.
Mientras, en el este de Ucrania, en las zonas liberadas, empiezan a desminar cientos de kilometros cuadrados. Lo ha podido comprobar uno de nuestros equipos en la zona. Concretamente, en Staryiy Saltiv, en Járkov.
Víktor encontró un misil en su vuelta al regresar a casa tras la ocupación de su aldea. Le indicaron que lo cubriera y esperara a los artificieros. Él asegura que varios vecinos no han tenido tanta suerte y que han muerto por las minas. Las hay en las fincas y en los bosques.
Un 20% del territorio ucraniano está contaminado por explosivos. No se trata solo de las minas que utilizaron los rusos para defender sus posiciones, ni las que han dejado en su retirada, sino también, como en este caso, de explosivos que quedan en el territorio sin detonar.
Los equipos de desminado no dan abasto. Todos los días reciben llamadas por proyectiles encontrados en las fincas: "Este misil no suponía un gran peligro. Pero eso no lo sabemos nunca hasta sacarlo", cuenta Maxim. La huella de la ocupación rusa en la zona al este de Járkov es evidente. Los rusos siguen cerca, pero el peligro está también bajo tierra.