Una niña de tres años ha muerto cuando viajaba en un autobús de migrantes que les estaba trasladando desde el estado de Texas a la ciudad de Chicago, en Estados Unidos.
"Cada pérdida de vida es una tragedia. Una vez que la niña presentó problemas de salud, el autobús se detuvo y el personal de seguridad a bordo llamó al 911 para atención de emergencia", ha explicado la División de Control de Emergencias de Texas (TDEM) en un comunicado.
Han añadido que, "después de que llegara la ambulancia, el personal de seguridad bilingüe tradujo para los padres y los paramédicos que atendían a la niña. Luego, la niña fue llevada a un hospital local para recibir atención médica adicional, allí fue declarada muerta".
Tras lo ocurrido, cada pasajero ha sido sometido a un control de temperatura y se les ha preguntado si tenían condiciones que pudieran requerir asistencia médica para evitar más víctimas. Sin embargo, ninguno ha manifestado síntomas.
Desde esta división han explicado que los migrantes habían optado "voluntariamente" por ir a Chicago tras haber firmado una exención de consentimiento en la que se acordó el destino. Estos autobuses están abastecidos con alimentos y agua, que se distribuyen a bordo, y hacen paradas a lo largo del viaje para repostar y cambiar de conductor, momento que los pasajeros pueden aprovechar para comprar provisiones adicionales o desembarcar en cualquiera de estas paradas.