El deshielo de un glaciar ha provocado el desplome de una casa de dos plantas como si fuera de cartón sobre las aguas del río que atraviesa Juneau, la capital de Alaska. La casa de al lado, suspendida, ya ha sido desalojada. La repentina crecida de las aguas por el deshielo del cercano y muy visitado glaciar de Mendenhall causa estos derrumbes que ponen en alerta a la capital de Alaska.
Los turistas llegan en grupo, como las moscas ... Cada día, los visitantes con sus mochilas y su pinta inconfundible desembarcan en la capital de Alaska, se bajan de los cruceros y ya en el centro urbano hay guías y filas de autobuses que ofrecen llevarlos visitantes hasta el glaciar Mendenhall, la gran atracción de la zona.
A pesar de que ha perdido hielo y ya no es la blanca masa que deslumbraba, no deja de atraer turismo a Alaska, por su espectacular belleza, incluso para ver cómo se derrite. El cambio climático está derritiendo el glaciar Mendenhall y a tal velocidad que los expertos creen que para 2050 no se podrá ver desde el centro de visitantes, un panorama indescriptible.
El glaciar baja desde los terrenos rocosos entre las montañas hasta un lago con pequeños icebergs. El Mendenhall ha perdido de hielo el equivalente a ocho campos de fútbol en los últimos 10 años, según estimaciones de investigadores de la Universidad de Alaska Sureste.
Los marcadores que registran la evolución del glaciar revelan hasta donde llegaba el hielo y cómo ha ido retirándose dejando espacio a la nueva vegetación. Los investigadores no esperan que el glaciar desaparezca por completo al menos en el próximo siglo, pero disminuirá considerablemente alterando el ecosistema y los recursos de la zona.
Los habitantes de Alaska se preguntan qué harán cuando este enjambre de turistas deje de acudir a la ciudad para visitar el Mendenhall.