Unos recolectores de basura habrían sido los que encontraron los restos del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años. No habrían encontrado todas las partes, faltando la cabeza. El hallazgo se produjo el mismo día que Daniel Sancho Bronchalo, hijo del actor Rodolfo Sancho y nieto a su vez del también intérprete Sancho Gracia, habría confesado, según fuentes policiales, haberle asesinado y descuartizado por “celos” y temor de que le “engañara”.
Este domingo, Daniel Sancho, que fue detenido el sábado, ha acompañado a las autoridades para realizar una reconstrucción de los hechos. Él mismo se personó en la comisaría el jueves para denunciar la desaparición del médico. Para entonces, unos recolectores de basura ya habían hallado restos humanos dentro de un saco de fertilizante en un vertedero.
Entre los restos hallados ese día, encontraron una pelvis e intestinos recortados. Un día después encontraron en una bolsa negra más restos humanos, junto con una camiseta también negra, un par de pantalones cortos y un par de calzoncillos rojos. Los agentes de Policía que acudieron al lugar junto a los forenses sospecharon que las partes podrían pertenecer al hombre colombiano.
Así las cosas, Daniel Sancho, que había acudido a comisaría lleno de arañazos y cortes, fue interrogado y, aunque en un primer momento negó haber matado al cirujano, el sábado confesó haberlo hecho “por celos” y temor de que “me engañara”, según ha asegurado a EFE la policía tailandesa.
Según el el Bangkok Post, que cita fuentes policiales, Sancho habría matado y descuartizado a la víctima en 14 partes, que puso en una bolsa de viaje y en bolsas de plástico. Las bolsas de plástico las habría tirado al vertedero y la bolsa de viaje la habría tirado al mar en la playa de Salad, cerca de su hotel. En este sentido, ya se revisan cámaras de seguridad y circulan imágenes en las redes sociales que muestran al chef en motocicleta cargado con la bolsa de deporte.
Además, la Policía también ha dado a conocer que la última imagen que se tiene de la víctima es del miércoles 2 de agosto, cuando viajaba en motocicleta con Daniel Sancho. Las cámaras de seguridad también habrían grabado a Sancho comprando el martes un cuchillo, guantes de goma, una esponja de cocina, una almohadilla de limpieza y una botella de detergente, objetos que ya analizan para determinar si están relacionados con el crimen.
Asimismo, al revisar su habitación de hotel se dieron cuenta de que el frigorífico, el baño y el fregadero de la cocina habían sido lavados, pero en los desagües encontraron restos de sangre, grasa y pelos.
A pesar de estos indicios, las autoridades se muestran cautelosas sobre la culpabilidad del crimen e insisten en que la investigación continúa. Se siguen revisando las cámaras de seguridad y realizando los análisis forenses de las pruebas de las que disponen.
Desde el entorno del chef apuntan a que todo podría ser una “trampa”, declaran a ‘Informalia’, indicando que "han escuchado versiones” que apuntan a que Daniel "había sido amenazado de muerte" y "obligado "por terceros" y "bajo chantaje" a cometer tal crimen. Su padre cogió el sábado el primer vuelo que pudo hacia Tailandia al enterarse de la noticia.
Así las cosas, la culpabilidad o no de Daniel Sancho se decidirá el lunes, cuando pase a disposición judicial. De ser declarado autor de este crimen, podría llegar a ser condenado a la pena de muerte, legal en este país en este tipo de casos.