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Estremecedora y triste escena la que protagonizó un conocido ganadero brasileño minutos antes de morir junto a su hijo de solo 12 años. Los dos sufrieron un accidente aéreo en el que han perdido la vida.
El hombre, que se está bebiendo una cerveza, dejaba al mando del aparato a su hijo menor de edad. La avioneta se estrellaría poco después por causas que aún se desconocen.
Al parecer, el accidente ocurrió el pasado sábado 29 de julio entre los estados brasileños de Rondonia y Mato Grosso.
El empresario fallecido ha sido identificado como Garon Maia y su hijo, Francisco, era conocido en su entorno familiar como Kiko. Conocido por sus empresas en el sector agropecuario, Garon Maia era hijo de uno de los empresarios agrícolas más conocidos durante el siglo pasado en Brasil. En la actualidad, él trabajaba en la misma empresa que fundó su padre.
"Espera, ¿todo listo? Nada delante, ok. Vamos, 600 caballos, puedes empujar. 600 Kiko, anda. Mano en la palanca, mano en la palanca. Mantén la mano allí y mira la velocidad", indicaba el empresario a su hijo mientras volaban en la aeronave que estaba siendo pilotada por el menor de edad.
La avioneta, valorada en más de un millón de euros, se estrelló justo cuando el pequeño la estaba manejando. Los restos de la aeronave fueron localizados en una zona boscosa. "La avioneta se estrelló muy cerca del terreno arado, no le dio tiempo a aterriza", comentó un trabajador de la familia a los medios brasileños.
Se ha podido conocer que Garon Maia tenía pensado llevar a su hijo pequeño hasta Campo Grande, situado en Mato Grosso do Sul, donde el menor vivía junto a su madre y acudía a la escuela. Una vez localizados los cadáveres, los cuerpos del padre y del hijo fueron enterrados.
Esta triste historia no acaba aquí y es que según han informado los medios latinoamericanos, Paula Pridonik, una joven de 27 años que era pareja del empresario fallecido en el accidente, decidió quitarse la vida tras enterrarle.