Tras una semana de ataques, este sábado ha sido el primer día sin que los misiles del Kremlin caigan sobre el puerto de la localidad ucraniana de Odesa, cuyo centro histórico es patrimonio mundial de la UNESCO. Los bombardeos han dejado 20 víctimas mortales.
Kiev acusa a Moscú de querer generar una hambruna mundial atacando sus almacenes de cereal, provocando que el precio del trigo y del maíz haya subido hasta un 17% en apenas unas jornadas.
Por otra parte, cuatro civiles han fallecido por un ataque aéreo ruso en la región de Donetsk y Ucrania ha destruido con drones un arsenal de municiones en la península de Crimea.