Yevgueni Prigozhin, jefe de los Wagner, reaparece en Bielorrusia con una arenga a sus mercenarios
Yevgueni Prigozhin, convencido de que convertirá el Ejército bielorruso en el "segundo del mundo"
El líder del Grupo Wagner asegura que el objetivo de la rebelión no era derrocar al Gobierno ruso
El grupo Wagner se rebela contra Rusia y ya controla la ciudad de Rostov del Don
El jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, dio este miércoles la bienvenida a los que se han trasladado a Bielorrusia y les aseguró que después los paramilitares irán a África.
"Se ha tomado la decisión de que estemos aquí, en Bielorrusia, un tiempo", señala una voz atribuida a Prigozhin en un vídeo difundido por el canal de Telegram Razgruzka Wagnera, próximo al grupo de mercenarios.
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Hasta el momento se han trasladado a Bielorrusia más de 2.500 miembros de Wagner
Durante ese tiempo, agregó Prigozhin, quien también distribuyó el vídeo en su propio canal de Telegram, Wagner convertirá el Ejército bielorruso en el "segundo del mundo".
"Y si hace falta y es necesario, saldremos en su defensa", agregó. Después, el grupo mercenario elevará su nivel de preparación y emprenderá un "nuevo camino", con dirección a África, dijo.
A la vez, no descartó que en algún momento Wagner tenga que volver a Ucrania, donde sigue la guerra debida a la invasión rusa.
"Puede que volvamos a la campaña militar especial en el momento cuando estemos seguros de que nos obligarán a avergonzarnos a nosotros y nuestra experiencia", afirmó.
Según los últimos datos del equipo de investigación bielorruso Gayun, hasta el momento se han trasladado a Bielorrusia más de 2.500 miembros de Wagner.
La llegada de los mercenarios rusos al vecino país se produce en virtud de un acuerdo que puso fin a su rebelión armada del pasado 24 de junio en Rusia, con la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
En virtud del pacto, el presidente ruso, Vladímir Putin, dio tres salidas a los milicianos de Wagner: regresar a sus casas, irse a Bielorrusia o firmar un contrato con el Ministerio de Defensa u otras agencias de seguridad para subordinarse al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov.
Como parte del acuerdo, el Kremlin prometió a los mercenarios y a su jefe que no serían perseguidos penalmente.